Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día. 

¡HOSANNA AL QUE VIENE! 

Esta mañana, al cruzar la iglesia camino de la capilla, a todas nos ha llamado la atención la decoración que tan delicadamente han preparado las sacristanas: enganchados a los candelabros o entre la reja, los ramos de olivo  asoman por aquí y por allá, mientras unas preciosas palmas aguardan expectantes el momento de la procesión por el claustro. 

¡Ya ha llegado el Domingo de Ramos! ¡Comienza la Semana Santa! 

De pronto, viendo la belleza de la decoración, me he acordado de la lectura de la vigilia de ayer por la noche: «No pongamos bajo sus pies unas ramas inertes, que muy pronto perderán su verdor, su fruto y su aspecto agradable...»

"¿Y qué deberíamos poner hoy a tus pies, Señor?", me preguntaba más tarde en la oración. 

Rememorando la lectura, pronto supe la respuesta: ¡nuestra vida! 

Vamos a comenzar las fiestas de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Y hoy, le aclamamos como rey que llega. 

Creo que la Iglesia nos está invitando a dejar que Cristo tome posesión de nuestro corazón, que entre en lo más profundo de nuestra alma, que hoy pongamos a sus pies, no las ramas de olivo, sino todo aquello que nos pesa, que nos mata. 

Hoy se te ofrece la oportunidad de hacer esta Semana Santa realmente "tuya". Cristo viene a tomar lo tuyo, porque sabe que solo no puedes. ¡Viene libremente a morir y a resucitar por ti! Las ramas de olivo de nuestra vida no se secarán, sino que, bañadas en su Sangre, florecerán y darán frutos aún más exquisitos, los frutos de un Amor que no procede de nosotros. ¿Aceptarás su invitación? 

Hoy el reto del amor es acompañar al Señor en la procesión, llevando tu ramo pero, sobre todo, llevando tu vida, poniendo a sus pies aquellas personas o situaciones que esta Semana Santa necesitas que el Señor tome en su Cruz para redimirlas y devolvértelas resucitadas. ¡Cantemos la victoria de este Rey que sólo sabe amar hasta el extremo! ¡Feliz domingo! 

VIVE DE CRISTO