Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.  

UN TRAPITO POCO AGRACIADO 

Estábamos a punto de comenzar Vísperas. Ya sentada en mi sitió, descubrí que, en el coro de enfrente, una de las monjas rebuscaba afanosamente en sus bolsillos. Al poco sacó un pequeño trapo, con el que cualquiera podía haberse limpiado los zapatos de puro gris que estaba. 

Preguntándome aún qué hacía con un trapo tan sucio en el bolsillo, observé alarmada que... ¡pretendía limpiarse las gafas con él! 

Y no, no era un error. Abrió el trapito por completo y frotó los cristales de las gafas. Justo entonces descubrí los bordes ondeados, una pequeña marca de propaganda... no estaba sucio, ¡es que era de color gris! 

"¿Un trapito gris? ¡No es coherente! ¡Parece que va a manchar más que a limpiar!", pensé, "¿A quién se le ocurre hacer un trapo de limpieza con ese color tan sucio?"

"A mí". Eso sentí que me respondía el Señor. Frené en seco porque... ¡es verdad! 

¿A quién se le habría ocurrido poner a Pedro, un pescador analfabeto, bruto, tan impulsivo como cobarde, al frente de la Iglesia? ¿En qué estaba pensando al elegir a la Magdalena, "de la que había echado siete demonios", en ser la primera en verle resucitado y la encargada de llevar la noticia a los apóstoles? 

Me parece que Cristo ha hecho una bella historia a base de enlazar trapitos grises, trapitos por los que nadie apostaba, que no eran lo mejor del mundo, que cometían errores... pero que estaban enamorados del Señor. 

Y, precisamente por eso, todos los que nos sentimos "trapitos grises" nos sabemos queridos y acogidos por Él: ¡Cristo mira el corazón! Y Él desea hacer maravillas con nosotros, ¡sólo necesita que nos pongamos en sus manos! 

Hoy el reto del amor es que acojas a un trapito gris que haya a tu alrededor. Para ello, te invito, pequeño trapito, a descansar en brazos de Cristo. Descubre de nuevo que, aunque te sientas poca cosa, ¡el Señor cuenta contigo! Disfrutando un día más de su amor, hoy no juzgues por las apariencias a quien tienes a tu lado. Puede que su color no sea el más bonito, ¡pero el Señor también cuenta con él! ¡Feliz día! 

VIVE DE CRISTO