Pongo punto y final a las crónicas que he escrito durante la última semana con motivo de la beatificación del 25 de marzo en Almería. Y quiero hacerlo con un recuerdo personal que me traslada a un pequeño pueblo granadino, enclavado en la falda norte de Sierra Nevada, a 14 Km de Guadix: Jérez del Marquesado. Un nuevo mártir nacido en esta tierra y una advocación de la Santísima Virgen María.
 
Beato Melitón Martínez Gómez
Nació en Jérez del Marquesado el 10 de marzo de 1878. Recibió las aguas bautismales el mismo día de su nacimiento en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de su pueblo natal. En el Seminario de san Torcuato de Guadix realizó sus estudios eclesiásticos, licenciándose después en Teología. Fue ordenado presbítero, a los veintidós años, el 1 de junio de 1901.

La mayor parte de su ministerio lo entregó a Fiñana (Almería). Fue su párroco por un cuarto de siglo, desde 1912 a 1936. Solo faltó durante tres años, cuando una calumnia forzó que se ausentara y ejerciera el ministerio en Galera. Finalmente su obispo, monseñor Timoteo Hernández Mulas, restableció su honor y fue recibido por los fiñaneros hasta con banda de música.

Párroco entregado a su grey, destacaba por su desbordante caridad. Su feligresa doña Ana Jiménez refiere que: «Socorría siempre a todo el que le pedía ayuda. Los sábados se formaba una cola de pobres a la puerta de la iglesia y a todos los socorría. Todo lo daba a los pobres. Cuando visitaba a los enfermos les dejaba dinero debajo de la almohada».

 

Desde el principio fue consciente de las amenazas laicistas. A una vecina le comentó: Ya he perdido este oído y dentro de nada el otro, y dentro de nada la vida. Iniciada la persecución religiosa, sus familiares trataron de que se refugiara en su pueblo. Se negó a abandonar su parroquia. Solía decir: Yo iré al Cielo derramando mi sangre por Cristo.
Detenido el 17 de septiembre de 1936 junto a su coadjutor, el siervo de Dios don Manuel Alcayde Pérez, lo obligaron a andar descalzo por el pueblo para burlarse de él. Tras cortarle las orejas en la cuesta de la Reina, fue martirizado al día siguiente, tenía cincuenta y ocho años.

La Tizná

No cabe duda de que, como buen jerezano, el beato Melitón profesaría desde niño una devoción singular por la Virgen de la Tizná.
 

Este es el relato de por qué a la Virgen de la Purificación se la llama cariñosamente en Jérez de esta manera.

Ocurrió el 18 de junio de 1653, cuando, según el relato que se conserva en el archivo parroquial, por intercesión de Nuestra Señora de la Purificación, tres niños: Alonso, Juan y Bartolomé -que “quedaron como muertos” a consecuencia de un rayo caído en la torre del templo mientras tocaban a tormenta, “puestos ante la Santísima Imagen de la Purificación” y tras “clamores, llantos y súplicas que sus madres y otras piadosas mujeres hacían”, volvieron a la vida.
Aquel día, la imagen de la Virgen quedó tiznada en el rostro, como si de forma sobrenatural hubiera absorbido todo el daño causado a los pequeños por aquel rayo maldito y, desde entonces, se le ha conocido cariñosamente como La Tizná. Los jerezanos asumieron el “voto” de profesarle siempre una especial devoción, algo que se ha mantenido durante siglos hasta hoy.

http://www.ideal.es/granada/planes/201503/19/jerez-marquesado-milagro-tizna-20150318203723.html 
 

Barcelona y Jérez del Marquesado: ¡Hace 40 años!

Granada, a día de hoy, sigue siendo la provincia andaluza que más emigrantes mantiene en Cataluña. A raíz de este tema escribía hace unos años Carolina Rodríguez para el Ideal de Granada: “el origen se remonta a las oleadas migratorias que dejaron medio vacía Andalucía por los años sesenta y setenta. Pueblos como Padul, Caniles o Jérez del Marquesado desplazaron a capitales como Barcelona o localidades como Sabadell a cientos de vecinos que han rehecho sus vidas a casi mil kilómetros de la Alhambra”…

Corría pues el año 1977 cuando en un autobús un puñado de devotos de la Tizná traía una reproducción al natural de la patrona de su pueblo: Nuestra Señora de la Purificación. Desde Sierra Nevada, desde un pueblecito llamado Jérez del Marquesado, sus hijos no querían quedarse sin su madre. El destino, favorecido por Mn. Jordi Boltá Cañellas, la parroquia de Sant Joan Mª Vianney.

Desde entonces todos los años (antes en septiembre y, últimamente, en junio) se celebra una novena a la Virgen en la parroquia barcelonesa. Y su actual párroco, Mn. Octavi Sánchez recibe al predicador o al actual obispo de Guadix-Baza, monseñor Ginés Ramón, como lo hiciera el párroco anterior, con los obispos que pasaron por la diócesis accitana: monseñor Gabino Díaz-Merchán; monseñor Ignacio Noguer Carmona o monseñor Juan García Santacruz.

Así que se cumplen este año 40 de la llegada a Barcelona de aquella imagen que se venera en una capilla, junto al altar mayor, de mi querida parroquia barcelonesa. En la mente resuenan las estrofas del himno compuesto por el Magistral Domínguez de la Catedral de Guadix en 1884.
 
Madre, el Verbo a ti sola te llama
Reina llámate a ti la creación,
y este pueblo ferviente te aclama
Madre, Reina y Purificación
Purificación, Purificación...
 

1986, Monseñor Gabino Díaz Merchán

Jordi Piquer entrevistaba para La Vanguardia, el 5 de octubre de 1986, a don Gabino Díaz Merchán, arzobispo de Oviedo, “que ha venido a Barcelona para celebrar con antiguos feligreses de la diócesis de Guadix-Baza la fiesta de la  patrona del pueblo de Jérez del Marquesado, la Virgen de la Purificación.

Hace  unos años unos jerezanos visitaron  al rector  de  la parroquia  barcelonesa  de  San  Juan María  Vianney, mosén Jordi Boltá, y  le pidieron  poder  traer  a su iglesia  la imagen  de  la patrona de su  pueblo.  El párroco dijo que sí, pues le pareció una petición muy digna de ser bien acogida. Y los jerezanos desde entonces organizan cada año unas fiestas en honor de su patrona, en las que este año han estado presentes dos obispos, Gabino Díaz Merchán, antiguo obispo de Guadix y el obispo actual de esta diócesis, Ignacio Noguer Carmona.

 


-¿Qué opina de la parroquia barcelonesa que ha acogido la iniciativa de estos andaluces?

Me parece muy bien. Es una manera de dar cauces a los andaluces para que expresen su manera de ser y su religiosidad. Así  es como  se  puede  lograr  que  estas personas  no  pierdan  sus  raíces propias  y propiciar  también  la comunicación  de estas personas con la  Iglesia de Cataluña, con  la Iglesia local. Es un magnífico ejemplo que da la Iglesia de Barcelona.

Hay que acoger y acompañar al emigrante, sin imponerle que cambie de manera de ser o de pensar.  Y al cabo de los años estos jerezanos me parece que se sienten al mismo tiempo que andaluces también catalanes.

Os dejo la entrevista completa. Precisamente se cumplían 50 años de inicio de la Guerra Civil española y el entrevistador le pregunta sobre los mártires.

http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/1983/03/09/pagina112/32882884/pdf.html