En los lejanos ochenta, cuando me buscaba la vida por España como jornalero, recalé en un pueblo de Zaragoza, donde hice amistad con cartagenero moreno que a su vez era amigo de una maña. Sólo amigo, que conste. De hecho, cuando durante un paseo nocturno el murciano sopesó darle un beso de tornillo la chica le aclaró que no era una buena idea: “Acabas en el Ebro”. Nada que ver su franqueza con la del Ayuntamiento de la capital aragonesa, que en vez de ir de frente se escuda en una ley de 1931 para intentar expropiar la SEO y la iglesia de la Magdalena. Con la Basílica del Pilar no se atreve aún, no sea que el alcalde acabe en el Ebro.
La propuesta parte del nacionalismo baturro, de la Chunta, y es apoyada por Podemos y, cómo no, por el PSOE, que es como esos bronquistas de segunda fila que patean a la víctima siempre que sea otro el que la tire al suelo. El templo, la víctima, pertenece al clero desde el siglo X, pero como para la izquierda municipal la historia es revisable y el registro de la propiedad es un organismo facha propone aplicar la desamortización. De lograrlo, en la SEO no se celebrarán bautizos, sino asambleas, las misas populistas, oficiadas por Pablo Echenique, quien, aunque sabe latín, es a un deán lo que el festival de Woodstock a un concierto de Viva la gente.
No digo yo que la miel no esté hecha para la boca del asno, porque he visto a asnos comer arroz con bogavante, pero lo cierto es que los templos católicos le vienen grandes a esta gente. Me da a mí que si rigiera la Capilla Sixtina sustituirá los frescos de la Creación por grafitis sobre las edades del hombre. Y el órgano por el timbal. Por esta razón, lo que tendría que hacer el Ayuntamiento es construir una catedral laicista en lugar de amenazar con quitarle a Dios lo que es de Dios so pretexto de que la Segunda República declaró que la SEO pertenecía al tesoro artístico nacional. No es por darle ideas, pero si la izquierda considera legal todo lo que se hizo en esa época debería de pedir que se incluyera la quema de conventos en el programa de fallas.