CON UNA GRAN ILUSIÓN DE EVANGELIZAR

Llegó de Venezuela a Roma siguiendo su vocación sacerdotal, con una ilusión contagiosa. Se incorporó a la Universidad Pontificia de la santa Cruz para estudiar Teología. Al mismo ha ido modelando su alma con la ayuda espiritual recibida en el centro de la cristiandad. Hoy, con su sacerdocio recién estrenado, regresa a su tierra venezolana con  muchas ganas de servir al Pueblo de Dios. Un ejemplo para tantos cristianos que no saben qué hacer con su fe.  José Gregorio es una enamorado de la Eucaristía, y quiere celebrarla cada día con mayor ilusión.
 
He escuchado en muchas ocasiones decir: “Es de corazones cristianos ser agradecidos”, y es esta la razón principal que me ha movido a escribir estas líneas.
Me llamo José Gregorio Duque Contreras y soy de la diócesis de San Cristóbal (Venezuela). Hace tres años llegué a Roma para finalizar mis estudios de Teología en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, y fui ordenado diácono el 1 de mayo de 2016. Ahora regreso a mi país con muchas expectativas y muchas ganas de servir al Pueblo de Dios, donde el Obispo tenga a bien confiarme.
Para un sacerdote el centro de su vida debe ser la Santa Eucaristía, con la cual se nutre él y todos los demás miembros del Pueblo de Dios. “La Eucaristía es el centro y el culmen de la vida cristiana”, nos recuerda el Catecismo de la Iglesia Católica.
Con estos vasos sagrados el Señor tendrá la dignidad que merece
De ella depende la vida de cada fiel cristiano, y el sacerdote tiene la gran responsabilidad de hacer de la celebración eucarística, un momento de respeto, adoración y pulcritud, porque es el mismo Señor quien actualiza su sacrificio en la Cruz.
Por todo esto, con los vasos sagrados que me han hecho llegar, están asegurando que en cada celebración el Señor tenga la dignidad que merece. Por eso quiero agradecerles de corazón este gran gesto que han tenido conmigo y con mis compañeros.
Por el hecho de pertenecer a una diócesis con escasos recursos, nos es difícil acceder a estos vasos sagrados para celebrar la Santa Misa, y gracias a ustedes nos están asegurando la dignidad que requiere este sacramento.
Estén seguros de que, cada vez que celebre la Santa Eucaristía, estarán ustedes también presentes, sus necesidades y sus intenciones.
En Venezuela tenemos una forma un poco particular y muy propia de dar las gracias, y hoy la utilizo con ustedes para expresarles mis profundos sentimientos de gratitud: “QUE DIOS LES PAGUE”.
Dios Todopoderoso les bendiga y les guarde siempre. Amen.
José Gregorio Duque Contreras