Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.  

A CONTRARRELOJ 

Estos días me estoy leyendo unas homilías de Benedicto XVI sobre la Nochebuena. Mi idea era leerlas todas durante la Navidad. Sin embargo, los días van pasando y, entre preparativos y sorpresas, no encuentro momento.

Ayer, por fin, tenía unos minutos. A toda velocidad comencé a leer casi en diagonal: "¡Aún estoy a tiempo de cumplir mi objetivo!" Sólo tenía que avanzar unas páginas más... 

Al cabo de un rato, me inquieté muchísimo: "Señor... no me estás diciendo nada en esta lectura... ¿Dónde estás?" 

En mi corazón supe la respuesta: Él estaba un par de páginas más atrás, en un párrafo que me había resultado precioso, pero con el que no me había detenido a orar "porque no me da tiempo"... Con tantas prisas, ¡le había perdido por el camino! 

¡Qué fácil es que un objetivo pequeño haga sombra a lo realmente importante! 

Para mí, la llegada del primer día del año siempre significaba cruzar el ecuador de las vacaciones. Seguramente sentirás que van pasando los días de fiesta, querrás aprovechar al máximo, estarás organizando planes... pero, ¿cuál es el verdadero objetivo? 

Esta misma pregunta se la hizo Jesús un día, en medio del mar de Galilea. Había dicho a los apóstoles: «Vamos a un lugar apartado a descansar». Pero, cuando llegan a la otra orilla, ¡había un montón de gente! Jesús "sintió lástima"... y se puso a enseñarles, organizaron la comida con cinco panes y dos peces, curaciones... Se quedó muy lejos del objetivo de descansar, ¡pero cumplió el verdadero objetivo: amar! 

Hoy el reto del amor es que pases un rato de calidad con las personas a las que quieres. El que ya te está esperando es Cristo, deseando esos minutos contigo. ¡Empieza el año con Él! Deja que te indique quién necesita tu compañía. Puede que tengas que bajar la velocidad o cambiar los planes... ¡pero lograrás el principal objetivo: amar! ¡Feliz día! 

VIVE DE CRISTO