El 4 de mayo del año en curso, se llevará a cabo la beatificación de Concepción Cabrera de Armida, fundadora de las Obras de la Cruz, en la Basílica de Guadalupe, Ciudad de México. La ceremonia será presidida por monseñor Angelio Becciu, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos.  

Ahora bien, ¿por qué decimos que se trata de una beatificación muy esperada?

Porque la vida de Concepción Cabrera de Armida como laica y madre de familia demuestra que se puede vivir la fe en medio de la sociedad…

Porque ha sido un proceso de canonización muy estudiado debido a que nos dejó 66 tomos de su Cuenta de Conciencia que hoy constituyen un patrimonio espiritual y literario de alto alcance….

Porque enseña un nuevo tipo de liderazgo en la Iglesia…

Porque en tiempos marcados por la crisis de los abusos, su espiritualidad aboga por acompañar y formar sacerdotes coherentes…

Porque es un ejemplo de alguien que supo administrar su tiempo, permitiendo que la fe permeara todas las áreas de su vida…

Porque fue tan mística como humana…

Porque es la prueba de que los laicos no son un "plan b" o accidente en la historia de la Iglesia…

Porque descubrió a Dios en medio de la historia, sus hijos, las cuentas del banco, los compromisos sociales, los viajes, las fundaciones, los libros, etcétera…

Porque no se dejó vencer por la persecución religiosa que le tocó en México…

Porque supo hacer equipo con varios obispos, sacerdotes, religiosas y laicos…

Porque sabía reírse y hacer bromas…

Porque tenía buen gusto…

Porque fue una mujer con visión…

Porque no buscaba aplausos o poner cara de éxtasis, sino que supo vivir con mucha naturalidad incluso sus experiencias sobrenaturales…

Porque no fue una persona que distorsionara a Dios con ideologías. En vez de eso, lo siguió y fue madurando en su relación con él…

Porque no la movía el sentimentalismo o el buenismo, sino una sólida convicción de seguir a Jesús Sacerdote y Víctima aún cuando pasaba por momentos de sequedad…