Ha muerto.
 
¿Muere la luz? No. La luz va y viene. Se apaga y se enciende. No está bien decir que la luz muere. El día en que la luz muera se habrá acabado el mundo. Y entonces reinará la Luz.
 
De alguna manera, Luz López se ha apagado y se ha vuelto a encender quién sabe dónde. Pero seguro que se ha encendido a golpe de sonrisa y de brillo en los ojos.
 
Yo no sé muy bien dónde se ha encendido Luz. Habrá colegas y amigos, y amigas y compañeros, y los que pasábamos por allí, que piensen en algún cielo desconocido y en alguna energía de esas y en el recuerdo triste, y en todas esas cosas en que se piensa cuando la muerte aparece y desaparece: la muerte es la desaparición, o sea, que no es.
 
Luz era maquilladora en Intereconomía, en aquellos buenos y viejos tiempos. Muchos han pasado por sus manos y bajo su sonrisa. Muchas han salido al plató más tranquilas y más guapas. Y los que pasábamos por allí -uno tenía el despacho al lado de la sala de maquillaje- recibíamos con alguna frecuencia una mirada de esas miradas que dicen: "Hijo, otra noche, otra vez, ¿quieres ibuprofeno?"
 
Había colegas gallegos a los que no decía nada, ni con los ojos, ni con las manos, porque andaban con las gafas oscuras y pasaban raudos por la puerta. Y, a otros, qué remedio, había que taparles las ojeras con cemento.
 
En el último programa de Noelia Atance salimos unos cuantos sin maquillaje, directamente coloreados por los gintonics -que colorean muy bien las mejillas- y fue un éxito de audiencia que celebramos con más gintonics y otros digestivos: no recuerdo qué se tomó Quero y tampoco si el whisky del capitán Monasterio era con cola light o normal, detalle que a nadie importa, por otra parte. Lo de Itxu era el ron, los rones, otra botella de ron. Eso.
 
De modo que no pasamos por Luz. Suele ser así cuando uno hace el gamberro, que huye de la luz, quiero decir, y ustedes ya me entienden.
 
Luz. Aseguran los físicos cuánticos que la luz se comporta como hacen las partículas o como hacen las ondas, que depende del observador.
 
Nosotros vimos una Luz que se comportaba como una gran persona, como una bellísima persona -en todos los sentidos-. Y yo doy fe y sobrio testimonio. Amén.
 
Y, bueno, acabo. Porque hasta es posible que alguna estrella, ahora, nos devuelva su imagen. Voy a ver.
 
Luz. Siempre más Luz.
 
Post Scriptum: Luz López falleció en Chinchón, a causa de un accidente de tráfico, en el día de san Juan Pablo II, 22 de Octubre de 2016.