Avisos previos al EVANGELIO:

(Retiros pendientes de apertura de inscripciones. Informaremos más adelante)
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EVANGELIO

Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 1-12a

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».

Palabra del Señor.

Conectad con Él.

¿Quién no quiere un matrimonio feliz? Pero ¿quién sabe construir un matrimonio feliz?
Jesús está ávido de enseñarnos el camino de la felicidad. Jesús, la Palabra de Dios hecha carne, abre la boca para hablarnos y comunicarnos lo que hay en Su Sagrado Corazón. Y nosotros quedamos boquiabiertos… ante el gran misterio del amor de Dios. Esa unidad tan grande de la Santísima Trinidad que quiso compartir con nosotros por puro amor. Qué belleza hay en Su interior, qué armonía, qué paz. Esposos, conectad vuestro matrimonio con Su Sagrado Corazón.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Si soy un esposo que se sabe pequeño y que necesita mucha ayuda de todos, en especial de Dios.
Si no me defiendo, porque me importa más ayudar a mi esposo cuando me agrede porque está preso del mal.
Si soy capaz de sufrir por amor a mi esposo.
Si busco darle a mi esposo lo que se merece según la voluntad de Dios misericordioso.
Si me compadezco cuando mi esposo cae en la tentación y le ayudo a salir de ella.
Si miro a mi esposo como Dios le miraría y siento por él/ella lo que Dios siente.
Si soy un esposo que trabajo por la construcción del reino del amor de Dios en mi matrimonio y mi familia.
Si me critican o se burlan por amar a Dios y buscar su voluntad en mi matrimonio y mi familia por encima de todo.
Entonces Dios me convertirá en un esposo santo, y eso me hará feliz.

Padre,

Te doy gracias por tu obra, por mostrarnos la verdad, lo que realmente importa en la vida.