Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                      
   
IMPOSIBLE NO CANTAR 

El otro día estábamos en la oración de la tarde. A penas faltaban unos minutos para que llegase la hora de la cena. De pronto, en medio del silencio... 

-¡Grrrrrrrrpmgr...!

¡¡Eran mis tripas!! Una vez, y otra... Me estaba poniendo nerviosísima. Todas en silencio, en oración, y yo con semejante recital de leones. Me cambiaba de postura, me retorcía cual si fuese una prueba de contorsionismo... Todo en vano. Gracias a Dios, en ese momento sonó la campana y salimos a cenar. ¡Asunto resuelto! 

De pronto, me vino a la cabeza una conversación que tuve el otro día nuestro sacerdote. Me comentaba que, si tuviésemos más presentes las palabras que Dios nos dice en nuestro bautismo, ¡no podríamos dejar de cantar! ¡Como mis tripas! 

¿Te has parado a pensar alguna vez qué dijo Dios Padre el día de tu bautismo? Ese día, Dios dijo de ti: «Ésta es mi hija amada, la que me llena de alegría». 

Lo mejor es que la palabra de Dios es eterna: es decir, lo dijo aquel día... ¡y vuelve a decírtelo hoy! 

En tu bautismo, tu Padre vio tu vida, tus sueños, tus fracasos, tus meteduras de pata, tus alegrías y éxitos... Lo tuvo todo ante sus ojos, y, con todo, te amó. ¡Te hizo entrar a formar parte de su familia para siempre! 

Hoy el reto del amor es recordar que eres hij@ amad@. Tu Padre te quiere con locura y su amor es eterno, ¡lo que pasa es que a nosotros se nos olvida! Por ello te invito a que, a lo largo del día, recuerdes la frase de tu bautismo: una vez ahora, otra al acabar el día. "Ésta es mi hija amada, éste es mi hijo amado..." Siente el amor de tu Padre: por mucho que cambie de postura el día, ¡tu corazón seguirá cantando de gozo! ¡Feliz día! 

VIVE DE CRISTO 
  
http://dominicaslerma.es/