Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                     
   
¿DISFRUTAS LEYENDO?

Normalmente utilizamos mucho la lectura, por supuesto para estudiar, pero también la lectura espiritual, que ayuda un montón. Y la verdad es que me encanta. 

El otro día tenía entre mis manos un libro que ya me había leído hace un par de años, pero que siempre lo tengo a mano porque, de vez en cuando, me gusta volver sobre alguna parte concreta que me hace bien. 

Y estando así, disfrutando de la lectura, me surgió pensar que antes parecía que me gustaba leer, pero, en realidad, cuando cogía un libro, lo único que quería era terminarlo pronto para hacerme creer a mí misma que leía muchos libros y cuanto más gordos mejor; sin embargo, al final los terminaba dejando a la mitad porque no era ni siquiera entretenido.

Ahora, de vez en cuando me ocurre lo mismo, y me tengo que frenar porque me doy cuenta de que no estoy disfrutando del libro, y vuelvo sobre él ya despacio y sin prisa, dejando que lo que leo me llegue hasta dentro y me deje un poso de vida. Si no, ¿de qué serviría? 

Muchas veces en la vida misma nos ocurre igual: parece que queremos triunfar, llegar a "ser alguien" o incluso conseguir muchos méritos para la santidad, y aceleramos el ritmo para conseguirlo, como cuando leemos rápido para llegar pronto hasta el fin. Pero el precio termina por ser demasiado alto, ya que no disfrutamos de la vida, ni de las personas que tenemos a nuestro alrededor, y sólo miramos por llegar a lo que nos hemos propuesto. 

Cuando tomas este camino te agotas, y consigues muy poco, sintiéndote frustrado al no lograr muchas de las expectativas que buscabas alcanzar. Cristo ha soñado otra vida para ti, una vida plena ya aquí en la tierra. 

Un buen libro siempre despierta tu imaginación, te ensancha el corazón, o te empuja a vivir nuevas aventuras. Ninguna página es igual que la anterior, todo suena a novedad y te llena de asombro y de vida.

Pues Cristo quiere escribir para ti el mejor libro que jamás hayas leído: el de tu vida. Él llenará cada segundo de amor, de alegría, de paz, en medio de cualquier situación difícil o de las nuevas aventuras que te esperan por vivir. Y siempre permanecerá ahí escrito, para que, cuando quieras, puedas volver sobre ello y revivir qué bueno es el Señor contigo.

Hoy el reto del Amor es pararte a disfrutar de cada momento de día. Y cuando llegues a la noche, antes de irte a dormir, piensa en una cosa concreta en la que hayas visto al Señor actuando en tu vida y dale las gracias por ello.

¿Cómo se vive realmente la vida? Viviendo de Cristo.

VIVE DE CRISTO
  
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