Los Dominicos ha celebrado su Capítulo general en Bolonia, donde está enterrado su Fundador, Santo Domingo de Guzmán. Volver a las raíces después de 800 años es un hecho importante. A los Padres Capitulares, el Papa les ha dirigido un discurso breve pero con acentos concretos a su vida y ministerio.
   Escribo este artículo con especial agrado. Quiero agradecer mi contacto con Dominicos y Dominicas en mi vida apostólica. Ha sido un regalo del Señor.
   A nivel intelectual, como sacerdote, me formé en la Suma de santo Tomás de Aquino. Fue nuestro texto de teología. Nuestros Profesores nos hacían comentarios sobre el mismo original latino. Estoy agradecido.
   Si miramos a la historia, la orden dominicana ha escrito páginas luminosas para la Iglesia universal. Sus santos incontables, sus mártires gloriosos; innumerables Monasterios femeninos y muchos Institutos de vida activa nacidos de la misma raíz. Sin olvidar su Orden Tercera que ha tantos seglares ha santificado. Y todos les debemos la propagación del santo Rosario.
   En tres palabras les señala, y nos señala, el Papa lo que fue vivencia del Fundador y que puede ser el horizonte de la Orden dominicana y de cada uno de nosotros. Una vez más el Papa señala dónde está la clave de la vida cristiana y sus consecuencias.
   PREDICACIÓN: “Dios impulsó a santo Domingo a fundar una
   
   TESTIMONIO: “Transmitir más eficazmente la palabra de Dios requiere el testimonio: maestros fieles a la verdad y testigos valientes del Evangelio. El testigo encarna la enseñanza, la hace tangible, convocadora, y no deja a nadie indiferente; añade a la verdad la alegría del Evangelio, la de saberse amados por Dios y objeto de su infinita misericordia”.
   “Santo Domingo decía a sus seguidores: “Quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado”. (Ex 3,5) El buen predicador es consciente de que se mueve en terreno sagrado, porque la Palabra que lleva consigo es sagrada, y sus destinatarios también lo son. Los fieles  so solo necesitan recibir  la Palabra en su integridad, sino también experimentar el testimonio de vida de quien predica. Los santos han logrado abundantes frutos  porque, con su vida y con su misión, hablan con el lenguaje del corazón, que no conoce barreras y es comprensible para todos”.
   CARIDAD: “Por último, el predicador y el testigo deben serlo de la caridad. Sin esta, serán discutidos y sospechosos. Santo Domingo tuvo un dilema al inicio de su vida, que marcó toda su existencia:
   Les señala el Papa que el hombre y la mujer de hoy  tienen sed de Dios. Ese grito debe ser el horizonte que vertebre todas las iniciativas para reformar las estructuras y las nuevas iniciativas.
   Termina el Papa con palabras de aliento: “Queridos hermanos y hermanas, con un corazón agradecido por los bienes recibidos del Señor para vuestra Orden y para la Iglesia, los animo a seguir con alegría el carisma inspirado a Santo Domingo y que ha sido vivido con diversos matices por tantos santos y santas de la familia dominicana. Su ejemplo es impulso para afrontar el futuro con esperanza, sabiendo que Dios siempre renueva todo… y no defrauda. Que nuestra Madre, la Virgen del Rosario, interceda por ustedes y los proteja, para que sean predicadores y testigos valientes del amor de Dios. ¡Gracias!