El encuentro de los jóvenes con el Papa en la hora de adoración en Cracovia fue una delicia. Por la adoración, la coreografía y por los testimonios. El Papa aprovechó muy bien el ambiente para llegar al corazón de los jóvenes.
   Inicia el papa Francisco sus palabras aludiendo a los testimonios con que inició la celebración. No podemos ser indiferentes a las situaciones dolorosa s de nuestros hermanos. No se trata de gritar contra nadie sino de crear puentes de fraternidad. En el momento de silencio para orar por los hermanos perseguidos, recuerda la actitud de los apóstoles en el Cenáculo antes de la venida del Espíritu Santo. El miedo lleva al encierro y a la parálisis. Esta enfermedad nos impide crecer, soñar y trabajar juntos.
   “Pero en la vida hay otra parálisis todavía más peligrosa y muchas veces difícil de identificar; que nos cuesta mucho descubrir… Sí, creer que para ser feliz necesitamos un buen sofá/canapé. Un sofá que nos ayude a estar cómodos, tranquilos bien seguros. Un sofá-como los que hay ahora modernos con masajes adormecedores incluidos- que nos garantiza horas de tranquilidad para trasladarnos al mundo de los videojuegos y pasar horas frente a computadora. Un sofá contra todo tipo de dolores y temores. Un sofá que nos haga quedarnos cerrados en casa, sin fatigarnos ni preocuparnos. El
   Después de unas preguntas a los jóvenes, contestadas afirmativamente el papa francisco continuó: “Pero la verdad es otra: queridos jóvenes, no vinimos a este mundo a
   La parálisis comienza cuando confundimos felicidad y comodidad. Es importante salir de esa mentira. Solo quien es la verdad nos puede hacer libres. “Amigos, Jesús es el Señor del riesgo, es el Señor del siempre
   El papa Francisco invitó a los jóvenes a cogerse de las manos para construir puentes; para construir puentes también cuando llegaran a sus lugares de destino. Antes les hizo esta preciosa advertencia: “Me dirás, Padre, pero soy muy limitado, soy pecador, ¿qué puedo hacer? Cuando el señor nos llama no piensa en lo que somos, en lo que éramos, en lo que hemos hecho o dejado de hacer. Al contrario: él, en ese momento nos llama, está mirando todo lo que podríamos dar, todo el amor que somos capaces de contagiar. Su apuesta siempre es al futuro, al mañana. Jesús te proyecta al horizonte, nunca al museo. Por eso amigos, hoy Jesús te invita, te llama a dejar tu huella en la vida una huella que marque la historia,que marque tu historia y la historia de tantos”.