El arzobispo de Ruán ha confirmado la identidad del sacerdote degollado a manos de dos islamistas armados que han secuestrado este martes una iglesia de la localidad de Saint Etienne du Rouvray, junto a Ruán, en Normandía.

Se trata de Jacques Hamel, el sacerdote de 86 años auxiliar de la parroquia de Seine- Maritime. El padre Hamel nació en Darnétal (región alta de Normandía) en el año 1930. Fue ordenado sacerdote en 1958, y hace ocho años celebró sus cincuenta años de servicio a la Iglesia.

Llevaba ya diez años retirado y buscando mayor tranquilidad tras más de cincuenta años de servicio a la Iglesia había solicitado instalarse en la parroquia de Saint Etienne du Rouvray, donde sustituía durante una temporada al párroco oficial, Auguste Moanda-Phuati.

Los feligreses de la parroquia han expresado su tristeza y desconcierto. Según el diario L`Express, uno de ellos ha señalado que Jacques era un hombre que “asumió sus funciones hasta el final” y que “era un buen sacerdote al que todos conocían mucho”.

Un sacerdote querido por todos

El arzobispo de Ruán, Dominique Lebrun, abandonará hoy la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia para volver a su diócesis en Normandía tras el asesinato del sacerdote.

“Esta noche estaré en mi diócesis, con las familias y la comunidad parroquial, que están en estado de shock”, ha dicho Lebrun desde Cracovia, donde hoy comienza la JMJ.

“La Iglesia católica no puede esgrimir unas armas distintas de las de la oración y la fraternidad entre los hombres”, ha añadido el arzobispo. “Pido a los jóvenes aquí presentes, que son el futuro de la humanidad, que no cedan a la violencia y se conviertan en apóstoles de la civilización del amor”, ha concluido Dominque Lebrun, que también ha invitado a los no creyentes a sumarse al llanto por esta tragedia.

El párroco de Saint-Etienne-du-Rouvray, Auguste Moanda-Phuati, también ha querido expresar su consternación: “No podía imaginar que tal cosa nos podría pasar a nosotros, nunca hemos recibido ninguna amenaza”.

Al igual que el resto de feligreses, Auguste ha señalado que “a pesar de su avanzada edad, el padre Hamel todavía seguía sirviendo a los demás”.