Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.             
   
NECESITÁBAMOS COSTURERA

Hoy es el cumpleaños de sor Inés. Y, como ya hemos contado alguna vez, cada monja tiene a otra por compañera. Esto quiere decir que, durante un año, la una ora por la otra, y se preparan los regalos de los cumpleaños mutuamente. 

Pero aquí no tenemos tienda, sino que, lo que hacemos, lo hacemos con las manos. Es muy curioso y divertido, porque se despierta la mente para innovar; pero, a la vez, te das cuenta de la necesidad del Señor para tocar su corazón, ya que sólo Él te puede iluminar cómo hacer para sorprenderla de verdad. 

En el Novi, los regalos los hacemos entre todas, y así nos ayudamos y llegamos mucho más lejos juntas. Pero había uno que sabíamos que nosotras no podíamos hacer. Inés es sacristana, y le queríamos hacer un camino de mesa, pero eso de la costura... no se nos da nada bien. 

Sin embargo, no fue impedimento, porque sor Puri (la más mayor de la Comunidad), es un genio con la costura, y lo hace genial. Así que fuimos a pedirle ayuda. El problema era que... no teníamos mucho tiempo.

Ella nos miró con cara alegre y nos dijo: "Para mañana, ¿no?" ¡Cómo nos conoce!

Me impactó mucho su forma de prestarse. No tuvimos que convencerla, sino que se mostró dispuesta a hacerlo aunque fuera para antes de ayer. 

Y, efectivamente, al día siguiente se presentó con el encargo. 

Luego, dándole vueltas, he ido viendo que, en realidad, hay mucho más que sólo un 'hacer un encargo'. Cuánto aprendo de nuestros mayores. 

En realidad, lo que hay detrás de cada gesto, de cada ayuda, es la vida que quieras dar, lo que estás dispuesto a entregarte. 

Ella lo tenía fácil para decirnos que se lo pidiéramos a otra hermana; sin embargo, se prestó, y con alegría y prontitud.

Y es que, a la hora de entregarse a los demás, no hay edades, pues todos tenemos algo que dar. El tema está en queramos darnos. 

Dios, que sabía hasta qué punto éramos impotentes para amar y para salir de nosotros mismos, nos envió a Cristo para tuviéramos vida en Él, y así, habiéndolo recibido todo de Él pudiéramos también nosotros darnos a los demás. 

Hoy el reto del Amor es ofrecerte para ayudar. Hoy, cuando surja algo que tú puedas hacer, no dudes en ofrecerte, deja al corazón rienda suelta para amar. Y descubrirás que tienes vida, porque sólo puede dar vida aquel que la tiene. 

VIVE DE CRISTO
 
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