Armenia es una pequeña nación perdida en el mapa de Asia. Tiene gran parte de sus emblemas nacionales fuera del país. Fue la primera nación que aceptó la fe en Jesucristo el año 303, cuando las persecuciones continuaban en el Imperio Romano. Desde entonces se ha mantenido fiel a la fe recibida. No participó en las controversias con las Iglesias ortodoxas y mantiene una fe más íntegra. Su cercanía con la Iglesia católica es inmensa.
   De la declaración final del Papa con el Katolicós Karekin II, destaco algunos párrafos interesantes.
   Comienza la declaración con una acción de gracias del papa Francisco i del katolicós Karekin II, al Todopoderoso por la creciente armonía y cercanía en la fe de las dos Iglesias. Recuerdan con gozo la visita del papa Juan Pablo II en el 1700 aniversario de la Iglesia Armenia, así como la vista a Roma el 12 de abril del 2015 de Karekin II al papa Francisco.
   Señalan, en primer lugar, la tragedia de oriente medio donde tantas personas son asesinadas y desplazadas por motivos étnicos, económicos y políticos. Especialmente: “Como resultado, minorías religiosas y étnicas se han convertido en objeto de persecución y tratos crueles, hasta el punto de que sufrir por la propia creencia religiosa se ha convertido en una realidad cotidiana. Los mártires pertenecen a todas las Iglesias y su sufrimiento es un
   A continuación, invocan la intercesión de los apóstoles Pedro y Pablo, Tadeo y Bartolomé para que el Señor conceda la conversión a los responsables de esta carnicería.
   Llama la atención sobre la presentación de la religión. “Por desgracia, también asistimos a una presentación de la religión y de los valores religiosos de modo fundamentalista, que se utiliza para justificar la propagación del odio, la discriminación y la violencia. La justificación de este tipo de crímenes, sirviéndose de motivaciones religiosas es inaceptable, porque “Dios no es autor de confusión sino de paz” (1 Cor 14, 33). Por otra parte, el respeto de las diferencias religiosas es condición necesaria para la convivencia pacífica de las diferentes comunidades étnicas y religiosas. Precisamente porque somos cristianos, estamos llamados a buscar y a proponer caminos hacia la reconciliación y la paz; en este sentido, manifestamos también nuestra esperanza en una solución pacífica de los gobiernos que afectan a Nagorno-Karabaj”.
   Quieren que abramos las puertas del corazón para todos aquellos que son víctimas de la guerra y del terrorismo.
   También señalan la raíz  oculta de tantos males como nos afligen: “La secularización  de amplios sectores de la sociedad, si alienación de lo espiritual y de lo divino, conducen inevitablemente a una visión desacralizada y materialista del hombre y de la familia humana. En este sentido, nos preocupa la crisis de la familia en muchos países. La Iglesia Apostólica Armenia y la Iglesia Católica comparten la misma visión sobre la familia, fundada en el matrimonio, acto de amor gratuito y fiel entre un hombre y una mujer “.
   Muestran su gran alegría por el camino de unidad emprendido por las dos Iglesias. Son conscientes de que lo que nos une es más que lo que nos divide.
   Termina el documento con una oración de uno de sus santos. Choca con nuestro estilo latino, pero preciosa. “Desde la Santa Echmiadzín, hacemos un llamado a todos nuestros fieles a unirse a nosotros en la oración con la plegaria de San Nerses Shnorhali: