Obras son amores y no buenas razones
 
 
República Federal de Alemania versus la Democrática, Corea del Sur versus la del Norte, Taiwán versus la China comunista, la China actual versus la de Mao, cristianos versus musulmanes en Dar al Islam.
Uno de los argumentos más contundentes contra los herederos de Stalin y nostálgicos del Gulag era explicar que pueblos con la misma lengua, cultura, y partiendoo del mismo nivel de desarrollo inicialmente, evolucionaban con grandes diferencias en lo económico y social, y en libertades individuales y colectivas en función de la ideología dominante, democrática capitalista o en la comunista, en el socialismo real.
Comparar el desarrollo en el mismo pueblo bajo el capitalismo y democracia, y la que se daba bajo la bota comunista, era clara y evidente la diferencia. Los únicos comunistas “felices” eran los que vivían en países capitalistas. En China desde que han dejado en el basurero de la historia el “socialismo real, dialéctico”, avanzan económicamente, aunque el partido único se autodenomina comunista, en realidad es un partido único que potencia el capitalismo sin libertades, esto último es lo que único que tiene de su pasado comunista, la falta de libertades.
 
En países como Líbano, Siria, Irak, Egipto, donde hay una minoría cristiana considerable, o la había hasta que muchos de sus miembros han sido exterminados por musulmanes, o han huido hacia países de matriz cristiana,  nunca los cristianos se han explotado por sentirse maltratados, discriminados o perseguidos. Pero los terroristas que perpetran crímenes en nombre de su religión son todos ellos musulmanes.
¿Qué pasa con esa religión o la ideología religiosa que permite, fomenta el asesinato de aquellos que son considerados “infieles”?
Siendo del mismo país, con el mismo idioma y costumbres, los cristianos no perpetran atentados en Turquía a pesar de estar marginados, ni en ningún otro país. Tampoco los judíos cometen asesinatos en nombre de su religión en la República Islámica de Irán, minoría –de hace más de 2.500 años de estancia en el país, mucho antes que el Islam lo conquistase- de 25.000 miembros que se retiene a miembros de la familia a aquellos pocos que se les da permiso temporal de salida. No sólo en Irán, en ningún país los judíos cometen asesinatos en nombre del judaísmo. Los cristianos tampoco en nombre Jesús.
 
¿Qué pasa con estos fieles que consideran que matar al idólatra, al apóstata, al agnóstico, al ateo, al que tiene otra religión o ideología, es correcto y deseable?
¿Qué ideología nihilista envenena las mentes de sus seguidores?
 
Una religión que no sirve para mejorar la conducta del ser humano no es digna de ser considerada valiosa para la humanidad.
¿Qué se debería hacer con una religión o ideología –tóxica- que enaltece la muerte de aquel que considera “infiel”?