Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.             
 
EFICACIA A PRUEBA 

Con esto de la alergia, me paso el día pañuelo en mano y, a fuerza de sonarse, todos los años acabo con alguna herida en la nariz. 

Conociendo mi debilidad nasal, hace tiempo una hermana me regaló una pomada que, según ella, hacía milagros. Empecé a usarla y, efectivamente, fui sobreviviendo sin problemas a las molestas heridas. 

Este año, estaba muy confiada de que pasaría lo mismo. Sin embargo... tal vez es que la alergia es más fuerte, tal vez es que la piel se me ha acostumbrado... lo cierto es que a penas notaba mejoría. 

"Qué cosa más rara", me decía, "es como si no funcionase..." 

De pronto, un pensamiento cruzó por mi mente. Busqué la fecha de caducidad. Sólo te diré que era lo más normal del mundo el que no sintiese ningún efecto... 

Es impresionante: con el paso del tiempo, ¡estas cosas pierden eficacia! ¡Qué maravilloso es el Señor, que a Él le pasa justo lo contrario! 

La emoción y la ilusión se respira en todo el monasterio: ¡Celia toma el hábito mañana! Un paso más en este misterio de Amor al que Cristo la llama. 

Cuando se habla de "misterio" mucha gente lo traduce por "algo imposible de entender". Sin embargo, en Cristo, la palabra "misterio" es totalmente diferente: "algo tan grande, que nunca se llega a abarcar del todo". ¡Así es su amor! Eso significa que, aunque pase el tiempo, siempre podemos decir con san Juan Bautista: Él tiene que crecer, porque... ¡no se agota nunca, siempre queda más! Con Cristo no hay fecha de caducidad, sino que, lo mejor, ¡siempre está por venir! 

Hoy el reto del amor es no poner fecha de caducidad al amor. Hoy mira en la oración a todas las personas a las que quieres, y pregúntale a Cristo si el paso del tiempo está haciendo perder propiedades a tu cariño. ¡Pídele poder volver a asombrarte de cada persona, vivir cada momento como único, sentir en Él la eterna novedad del amor! ¡Feliz día! 

VIVE DE CRISTO
 
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