Un periódico que se editaba en Toledo




 

Repercusión de la Pastoral en la Archidiócesis de Toledo


 

«Los que mostraban ansiedad o temor ante el prudente silencio del Eminentísimo Primado, encontrarán compensadas sus horas de impaciencia con las sabias y oportunísimas enseñanzas contenidas en la hermosa carta pastoral que ayer nos honrábamos en publicar íntegra.

No entra, al presente, en nuestros cálculos –ya vendrá ocasión de hacerlo- el intentar un examen minucioso y detallado de un documento que ha de constituir durante mucho tiempo tema de candente oportunidad y de innegable importancia.

Basta a nuestro propósito de momento consignar que la doctrina tan serenamente expuesta por nuestro amadísimo Prelado permite señalar muy amplia base para la unión de todos los que sientan hondo el amor a los principios fundamentales de toda sociedad, cualquiera que sea el partido en el que militen, y que solo los insinceros o mal enterados podrán mirar con recelos o adulterar con torcidas interpretaciones un documento en el que, por encima de las formas de gobierno, campea un encendido amor a España, junto con un sincero deseo del bien común, y en el que no se echa de menos ninguna de aquellas cualidades que la gravedad de las circunstancias aconsejan y que los hombres patriotas podrían apetecer o demandar: fina y certera percepción de la realidad, elevación de miras, profundidad de doctrina, valentía en la exposición, discretas y oportunas aplicaciones prácticas, luz, mucha luz… sin que falte la nota de atrayente hidalguía, flor del corazón y envidiable patrimonio de las almas grandes».

«Ahora, señores, -prosiguió el señor De los Ríos- y antes de que me lo pregunten, como seguramente lo iban a hacer, voy a referirme al documento del Cardenal Segura.

El Gobierno unánimemente reconoce su gravedad.

Si del documento se destacara una de las afirmaciones que en él hay, cual es que los elementos católicos, mejor dicho, la Iglesia, permanecen al margen de las luchas de las formas de Gobierno, no tendría absolutamente nada que ofreciera coyuntura al comentario, porque esa es precisamente la tesis reiterada del catolicismo.

Pero es que hay muchas declaraciones en el documento de un carácter eminentemente político y todas ellas rezuman oposición, cuando no su hostilidad, al régimen republicano.

No quiero comentar minuciosamente el documento y hacer como quien dice un escrito probatorio de afirmación, que en este instante hago.

El Gobierno lo entrega a examen sereno de quien quiera hacerlo y meditarlo.

Ahora bien, la belicosidad encubierta de este documento ha movido al Gobierno a tomar resoluciones en el sentido de no poder consentir que continúe una actitud de esa naturaleza y lo ha comunicado a quien es el llamado a conocerla.

El Gobierno reitera su anhelo vivo de que todo lo que se refiere a estas cuestiones se tramite en un ambiente de mayor respeto y de la paz más absoluta.

Pero el modo de lograrlo no es ciertamente con documentos como el que estamos en este momento comentando».

«Sin tiempo ni espacio para más, cumple a nuestro deber formular dolorida, respetuosa, pero enérgica protesta contra la interpretación, tan absurda como tendenciosa, hecha por el señor ministro de Justicia de la serena y ecuánime carta pastoral del señor Cardenal Primado.

Mal se compadece con la protesta de respeto y de deseo de paz, el tono tan distanciado de la realidad -tiempo tendremos de evidenciarlo-, adoptado por el ministro para enjuiciar un documento que no es en definitiva, y en todas sus partes, más que la expresión acertada de la doctrina de la Iglesia Católica, y sobre el que ya ha dado su fallo la España pensadora y reflexiva».