CONCLUYE EN LA CATEDRAL DE VALENCIA LA FASE DIOCESANA DE BEATIFICACIÓN DEL SIERVO DE DIOS MIGUEL PAYÁ ALONSO DE MEDINA Y 90 COMPAÑEROS MÁRTIRES
 
La Catedral de Valencia acogió el pasado sábado, 22 de enero, la clausura de la fase diocesana de beatificación de 91 valencianos, cuya documentación incluye más de 3500 documentos y la declaración de 270 testigos. Previo a la celebración de la misa de Pontifical con motivo de la solemnidad de San Vicente Mártir, , ha tenido lugar el acto jurídico de clausura de esta fase diocesana que incluye a 66 sacerdotes diocesanos; 8 religiosos y religiosas; y 17 laicos que entregaron su vida por Cristo en los días de la persecución religiosa.
 
Durante el acto de clausura, Ramón Fita, delegado episcopal para las Causas de los Santos, ha presentado el trabajo realizado para la documentación “de la vida, martirio y fama de martirio de los 91 Siervos de Dios, encabezados por el que fuera vicario general y deán de la Catedral Miguel Payá Alonso de Medina”.

Un total de 60 cajas contienen las pruebas testificales, documentales y forenses que avalan este proceso, divididas en tres partes, cada una de ellas compuesta por 11.514 folios, lo que suma un total de 34.547 páginas, según ha señalado Fita.

Igualmente, ha añadido que “siguiendo la legislación vigente para la Causa de los Santos, se han tomado declaración a más de 270 testigos y se han aportado cerca de 3500 documentos”. El delegado episcopal ha agradecido la “meticulosa labor” de todos los miembros que forman parte del tribunal, “peritos en historia y archivística, teólogos, médicos forenses y personas que voluntariamente han colaborado durante todos estos años”

Una vez clausurada la fase diocesana, y tras la lectura del acta notarial, Ramón Fita, designado portador de las actas, hará entrega de toda la documentación a la Congregación para la Causa de los Santos en Roma.

 
Causa iniciada en el año 2004. Después de un “minucioso estudio”, estos 91 mártires fueron seleccionados entre los 250 que formaban parte de la Causa que en el año 2004 formó el entonces arzobispo de Valencia monseñor Agustín García-Gasco quien, “obedeciendo al sentir del clero y de los fieles, no quiso que se perdiesen las pruebas de los posibles testigos, ya que habían transcurrido más de 60 años de aquellos acontecimientos”, explica Fita.
 
Dada la complejidad de aquella macro-causa, por consejo de la misma congregación para las Causas de los Santos, se tuvo que dividir en dos. “Una capitaneada por el que en el momento de la persecución era el vicario general y deán de la Catedral Miguel Payá Alonso de Medina y 90 compañeros (Prot. Nº. 2800); y la otra que está encabezada por el sacerdote Antonio-Vicente Avaria Tarazona y 158 compañeros (Prot. Nº. 3059)”, añade. Durante el pontificado como arzobispo de Valencia de monseñor Carlos Osoro, el día 26 de julio de 2012, el cardenal prefecto Angelo Amato autorizó dicha división.

Como criterio para la selección se tuvo en cuenta el “grupo martirial”, es decir, aquellas personas que sufrieron la muerte en el mismo lugar y en idénticas condiciones de suplicio. En algunos casos se trata de personas que fueron martirizadas junto a otros que ya están beatificados.
 
Sacerdotes y laicos
 
Entre los presbíteros del grupo están sacerdotes que ya fueron seleccionados por monseñor Marcelino Olaechea como integrantes de un segundo grupo de candidatos a la beatificación por martirio y que durante el pontificado del Venerable siervo de Dios José María García Lahiguera se comenzó a recoger información.
 
Además, se encuentra don Juan Puertes Ramón, vicario general que fue de la diócesis de Oviedo, martirizado el 8 de octubre de 1934 durante la revolución de Asturias. Este honorable sacerdote era natural de Alfafar.
 
Entre los religiosos y religiosas figuran: 2 Redentoristas; 2 Franciscanos; 2 religiosas de San Juan de Jerusalén; y 2 miembros del Instituto Catequético Dolores Sopeña. Entre los laicos y laicas cabe destacar a: un seminarista, un farmacéutico hermano de un sacerdote ya beatificado, y un universitario que murió junto con su padre ya beatificado. También constan tres jóvenes de Acción Católica: un panadero, un agricultor padre de familia, y un maestro. Asimismo está Julia Mateu Ferrer, madre de una de las beatas elevadas a los altares del 11 de marzo de 2001 que murió junto a su hija. Está además María Ortells Gimeno, señora que acogió en su casa a unas religiosas de la Doctrina Cristiana y a otras clarisas. Todas ellas sufrieron el martirio; las religiosas ya están beatificadas, excepto la dueña de la casa que ahora se incluye en este grupo. Y por último, está el caso de la catequista Hortensia Serra Poveda, cuya causa inició “ne pereant probationes” (para que no se pierdan las pruebas) monseñor Miguel Roca Cabanellas.

(Texto de www.archivalencia.org Fotografías: Víctor Gutiérrez)