Año del Señor 2016
Lerma, 5 de enero
Hola, buenos días, hoy Celia nos lleva al Señor. Que pases un feliz día. 
  
DERRAMADO


Juntando tres cajas de cereales, te regalan un bol chulísimo con pajita incorporada. Lo tenemos en el baño para cuando nos entra sed. 


Si queremos beber normalmente levantamos un poco el bol parar que vaya bajando el líquido, pero este, al tener pajita, hay que dejarlo en horizontal.


Ayer mismo lo utilicé, así que lo llené hasta arriba y empecé a beber. Tenía tanta sed que, inconscientemente, empecé a levantarlo como si fuese un vaso normal. Y, sin darme cuenta, me vi con todo el agua del bol en el jersey, la falda, el suelo... 


En ese agua derramada, vi a Cristo. Él, no sólo se entregó por nosotros, sino que derramó su sangre. Como nos decía un sacerdote: "Le podrían haber matado rápido, y ya está", y es verdad, pero Él quiso entregarse hasta el extremo, hasta derramar su sangre. Y lo que se derrama es muy difícil de recoger. No midió su amor hacia nosotros, no lo calculó, se dio por completo.


A veces pensamos que el Señor divide su amor para que a todos nos toque un poquito, pero no es así. Es que todo su amor es para cada persona, por eso nos desborda, no lo llegamos a comprender del todo. Lo tenemos que vivir pero con los ojos de la fe.


Cuando tenemos sed, sed de amor, sed de Él, lo único que tenemos que hacer es ir a quien sabemos que nos va a calmar esa sed. Y Él no te da con pajita, sino que desborda todo su amor hacia ti, sin importar si se cae. 


Hoy el reto es que vayas a la fuente, para que calme tu sed. Ve a Él, a un Sagrario. Pero no bebas con pajita, deja que el amor de Cristo entre, que te colme; déjale demostrarte que es verdad, sólo tienes que ir a la fuente, el resto lo hará Él.


VIVE DE CRISTO
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