Queridos todos. Presiento que está ya cerca el tren sin retorno al más allá, que habremos de coger todos los humanos.
 
Cuando éste llegue y me embarque deseo  agradeceros vivamente, con estas pobres letras, la ayuda espiritual y material, que me habéis prestado de un modo u otro a lo largo de nuestra vida.
 
Que el buen Dios por medio de su madre Auxiliadora de los cristianos, os pague como él sabe mejor que NADIE, TODO EL BIEN que habéis realizado en la vida.
 
Seguro que No iréis con las manos vacías el día que a vosotros toque.
 
Por el bendito DOGMA de la comunión de los Santos, seguiremos unidos desde el más allá. No quiero me contestéis a esta misiva. ¡¡ ADIOS¡¡
 
Un fuerte abrazo a todos,

Miguel Rivilla Sanmartin