Lerma, 17 de diciembre
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
A DESCONGELAR
Teníamos cocina, y ya estábamos terminando de fregar los últimos platos cuando apareció Inés con el pescado congelado del día siguiente, ¡recién sacado del congelador!
Lo llevaba en la mano y lo puso sobre una mesa grande que hay en medio de la cocina. Un pequeño empujón empezó todo y, debido al hielo, se deslizó por la mesa. No me preguntes cómo se fueron desarrollando los acontecimientos, pero la realidad es que terminamos todas alrededor de la mesa jugando con el pescado congelado, que alcanzaba velocidades insospechadas.
Se escurría, salía volando por cualquier esquina, era difícil cubrir la portería... Pasamos un rato muy divertido hasta que el pescado fue perdiendo el hielo por el calor de nuestras manos, y perdió velocidad hasta quedarse quieto.
Puede que a tu lado tengas un "pescado congelado", alguien a quien no sepas cómo llegar, alguien con quien encontrarte sea difícil, que se te presente con dureza y sientas que se escurre, que se sale volando...
Con el calor se derrite el hielo. Y el calor se da en clave de Amor. Cristo te ama con ese amor que descongela: pídele poder amar sin razonar, que te ponga el deseo en el corazón.
Hoy el reto del Amor es que tengas un detalle de calor con un "pescado congelado" que hay en tu vida. Una sonrisa, un abrazo, un detalle... Ese "pescado congelado" viene de un congelador, de una historia, de unas heridas que le han ido creando esa capa de hielo. ¿Descongelamos desde el amor?
VIVE DE CRISTO
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