Ayer, 15 de junio, fallecía monseñor Jaime Colomina Torner, canónigo emérito de la Catedral Primada de Toledo. Don Jaime ha sido un referente en nuestra Archidiócesis en muchos campos, solo hay que ver (al final del artículo) sus notas biográficas, pero en este espacio quiero destacar su labor en pro de las causas de canonización de los mártires de nuestra Archidiócesis de Toledo. Puedo decir que de él recogí el testigo, tras sus muchos años al frente de la delegación para las Causas de los Santos, en estas tareas.

Dos libros quedan para la historia. El primero de base para el Martirologio en que sigo trabajando. A mano, montones de sus notas mecanografiadas. Se trata de su libro: Testigos de sangre y vida. Mártires de 1936 y santos toledanos, publicado en 2006. Creó un mapa martirial de la Ciudad de Toledo con el subtítulo “Recuerdo de los que dieron su vida aquí, en testimonio de la fe católica”. Explicaba que Toledo ha recibido diversos títulos: Ciudad regia, Ciudad Imperial, Ciudad de las Tres Culturas… todavía le pertenece otro: Ciudad martirial. Aquí es donde monseñor Colomina formula la afirmación según la cual desde ese 304 hasta que estalla la Guerra Civil española no hubo más mártires en el suelo diocesano. Y cómo no escuchar, decía don Jaime, lo referido por san Juan Pablo II: “Es un testimonio que no hay que olvidar… es preciso que las iglesias locales hagan todo lo posible por no perder el recuerdo de quienes han sufrido el martirio” (Tertio Millennio Adveniente, nº 37). Y él, lo hizo.

Su segundo libro Piedaíta, Mártir de la Mancha. Sobre él hablaremos después.

En tercer lugar, su voz, rememorando su vinculación con el beato José Sala Picó.

Que los ángeles salgan a su encuentro, y el beato José y Piedaíta. Que la Virgen le recompense tanto bien como hizo para difundir su amor a través de los libros que escribió. Y que el Señor Resucitado le lleve sobre sus hombros de Buen Pastor al Reino de los Cielos. DESCANSE EN PAZ.

SOBRE EL BEATO JOSÉ SALA PICÓ

Testimonio de un seminarista de 14 años, que tuvo a don José Sala de Rector

2014, CON SU PIEDAÍTA

Cargado de años ¡tenía entonces 92! y de buenas obras, monseñor Jaime Colomina Torner, autor del famoso Mariam de Juda (una preciosa vida de la Virgen María) se encaminó, una vez más, a Villanueva de Alcardete (Toledo) para presentar la tercera edición de su libro “Piedaíta, Mártir de la Mancha”. Tras agotarse los ejemplares de este hermoso libro en que se narra el martirio de la presidenta de las Hijas de María de la parroquia de Santiago Apóstol, del citado pueblo de La Mancha, la sierva de Dios María de la Piedad Suárez de Figueroa, los seminaristas de Villanueva de Alcardete y su párroco, don Emilio Perona, se pusieron en contacto con don Jaime para poder reeditar nuevamente su obra. Dicho y hecho: copiado el manuscrito, se maquetó nuevamente y se publicó. Ya lo sólo faltaba presentarla ante el pueblo. El domingo elegido fue el 21 de septiembre de 2014.

Impresionados sobremanera quedamos los que pudimos contemplar a don Jaime arrodillado, entre lágrimas, en el lugar llamado Luján, donde salvajemente sufrió el martirio Piedaíta, suplicando al Altísimo que llegase la hora anhelada de su beatificación.

¡¡¡Ya se habrán encontrado en el Cielo, y con su querido don José Sala, rector mártir del Seminario Menor de Toledo!!!

Tras la breve peregrinación, a lugar tan señalado, regresamos a la parroquia, mientras don Emilio nos contaba que “el lugar del martirio es visitado “oficialmente” al menos dos veces al año por los fieles de la parroquia: en mayo para cantarle los célebres “mayos” y el domingo más cercano a la noche del 5 al 6 de septiembre, día del martirio. Este año acudieron más de un centenar de personas”.

Luego la Santa Misa, las palabras emocionadas en la homilía, y de nuevo, en público, la petición al Señor y a la Santísima Virgen de que cuanto antes la santa Madre Iglesia reconozca la santidad de Piedaíta… agradecimientos, feligreses que solicitaron que el autor les firmase su libro… y, por último, una oración ante los restos de la mártir de Villanueva. El vicario general de la diócesis de Getafe, don José María Avendaño [en la foto sobre estas líneas], hijo del pueblo, no quiso perderse tan gozosa celebración.

Al año siguiente, creo que fue la última vez que asistió a un acto público, el 23 de septiembre, acudió a la sacristía de la Catedral Primada con motivo de la presentación de seis libros de la colección Primatialis Ecclesiae Toletanae Memoria.

Notas biográficas

Jaime Colomina Torner era natural de la Pobla de Lillet (Barcelona). Había nacido el 15 julio de 1922, en un mes cumpliría 98 años. Estudio en el Seminario de Toledo, Universidad de Comillas, en la Gregoriana de Roma y la Complutense de Madrid. Licenciado Filosofía y Letras, Filosofía pura y Doctor en Teología. Recibió la ordenación sacerdotal el 16 de marzo de 1947.

Nombrado párroco de Helechosa de los Montes (Badajoz) y de Villanueva de Bogas (Toledo), enseguida fue llamado a la ciudad Imperial para ejercer como profesor (lo fue durante cerca de 50 años) en el Instituto Teológico San Ildefonso de Toledo, siendo sucesivamente profesor de Antropología, Psicología, Teodicea, Criteriología, Cosmología, Psicología científica o de Mariología. En el Seminario Menor también fue profesor de Historia de la filosofía.

Nombrado párroco mozárabe de Santa Eulalia y San Marcos. Ejerció como director espiritual del Colegio de los Hnos. Maristas. Consiliario diocesano de la Juventud Obrera Cristiana. Director del Secretariado diocesano de Fe Católica. Fue Secretario Canciller del Arzobispado. Vicario General de Pastoral. Delegado General para el Gobierno de la Diócesis. Ya con el Cardenal González Martín pasó a ser Pro Vicario General de la Diócesis y delegado Episcopal del Clero. Canónigo Dignidad de Maestrescuela de la catedral Primada.

También fue director de la Librería Pastoral Diocesana.

Presidente del Instituto de Estudios Visigótico-Mozárabes. Fue responsable principal en la organización de dos Congresos Internacionales de Estudios Mozárabes y Toledanos.

Bajo estas líneas, en las Navidades de 1966, el cardenal Enrique Plá recibió a una comisión mozárabe encabezada por don Jaime para agradecerles la restauración de la Hermandad de Caballeros y Damas Mozárabes de Toledo.

Publicó cientos de artículos en revistas científicas, preferentemente marianos y en periódicos y revistas de divulgación. Entre sus libros destaca la hermosa y delicada vida de la Virgen, Mariam de Judá o su libro sobre la mártir Piedaíta.

Fue numerario de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, ingresó como académico numerario en 1977 (Medalla XXV), permaneciendo estrechamente vinculado a esta institución hasta el año 2015.

https://realacademiatoledo.es/tag/jaime-colomina-torner/

https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=20144

Hijo adoptivo de Castilla-La Mancha, otorgada en 2011 por el presidente José María Barreda por su contribución a la conservación y difusión del patrimonio documental toledano.

Bajo estas líneas, una foto del Corpus de 1982, en segundo plano don Jaime entre monseñor Rafael Palmero Ramos y el cardenal Marcelo González Martín.

El 19 de agosto de 2009, escribió en su querido ABC para dejar clara su postura frente al aborto. Siempre maestro. Siempre enseñándonos.

Matarlo en el vientre de la madre es un homicidio

Un aplauso al Colegio Médico. Me place felicitar a través de ABC al Colegio de Médicos de Toledo y a su presidente, el doctor Rodríguez Padial, por su claro y gallardo rechazo a la actitud del ministro de Justicia negando a los facultativos su derecho a la objeción de conciencia. Ese derecho está implícitamente reconocido en el artículo 16 de nuestra Constitución y sancionado en la sentencia 53/1985 del Tribunal Constitucional.

Por otra parte, el Código deontológico médico (artículo 26) es quizá más explícito defendiendo dicha objeción de conciencia: el médico tiene derecho a negarse por razones de conciencia a aconsejar alguno de los métodos de regulación y de asistencia a la reproducción, a practicar la esterilización o a interrumpir un embarazo. Mucho más, naturalmente, a practicarlo.

Ningún científico serio e incluso ningún estudiante universitario, suficientemente informado en Genética, pondrá en duda que el embrión desde el momento de la fecundación es un ser individual, distinto ya de los padres, aunque asimile sus rasgos psico-físicos; que tiene ya, si nace, las mismas características genéticas personales que tendrá a lo largo de su vida.

Por tanto, matarlo en el vientre de la madre es un homicidio, lo reconozca o no así la legislación. Y, en consecuencia, ninguna autoridad tiene capacidad jurídica para obligar a hacer lo que en sí es un delito, sancionado además por la Iglesia universal con la excomunión.

Y en ello seguimos. Pida por España, don Jaime.

Finalmente, bajo estas líneas, con don Juan Félix Gallego Risco actual rector del Seminario Menor, en la Casa Sacerdotal de Toledo, las pasadas Navidades, el 19 de diciembre de 2019.