Acabamos de ver por T.V. la visita del papa a Cuba y a Estados Unidos. Pensemos sólo en su visita a la Cámara de Representantes y a la ONU. ¿Nos lo imaginamos en una visita a España, diciéndonos la mismas cosas que allá y levantándose todos aplaudiendo fuertemente ante varias frases que iba pronunciando? Al menos yo, no.

Allí había muchos cristianos no católicos, muchos de otras religiones no cristianas, muchos de adscripciones no religiosas… pero aquí en España ¿no habrá mucho odio a todo lo que suene a Iglesia? Habría que pensarlo en serio. Sin embargo me da la impresión de que no quieren romper claramente con la Iglesia pero que les estorba y no mueven un dedo ni siquiera para reconocer lo positivo que la Iglesia está haciendo en España. Con lo claro que está cuando la gente necesitada no acude a sindicatos ni a instituciones del Estado sino a Cáritas y a parroquias.

Pero pasa también algo curioso. Da pena ver a algunos políticos de ciertos partidos que parecen haber recibido la consigna de no hacer ningún gesto de fe en las celebraciones a las que acuden oficialmente. Allí están serios e inexpresivos, con los brazos cruzados o con las manos detrás y mirando de reojo a la gente para saber si hay que estar de pie, de rodillas o sentados como si estuviesen en una celebración budista o mahometana; y son cristianos que, a veces, practican a escondidas. Y la gente les observa y se ríe... de lástima y no sin un cierto aire de socarronería. Y no son pocos los que provienen de familias cristianas y han sido educados en la fe y rezaban públicamente antes de tener el cargo político. Nada, infantilismo puro. Parece mentira.

Otra cosa que tampoco acabo de entender es la presencia de algún político interviniendo en celebraciones religiosas y que, al mismo tiempo, se declara no creyente. Está bien que asista a cualquier celebración, como puede asistir a cualquier demostración deportiva aunque fuese minusválido. Pero ¿nos imaginamos a un minusválido participando activamente en una competición deportiva porque tiene un cargo político? ¿Nos imaginamos a un agnóstico que, por tener un cargo político, esté haciendo una ofrenda a la Virgen o a algún santo en nombre del pueblo?

Imaginémonos que en una nación budista y en una fiesta budista, un cristiano que tiene un cargo político, asiste a esa fiesta budista y hace una ofrenda a Buda con toda una serie de invocaciones pidiéndole ayuda y protección. ¿Nos lo imaginamos? De lo más pintoresco.

Si en la actualidad ser español no coincide con ser creyente, seamos serios y quien no sea creyente, que no haga parodias ante una comunidad cristiana teatralizando unas costumbres que tuvieron su origen cuando eran católicos todos los españoles. Pero, por favor, si no son creyentes, aunque puedan asistir a actos religiosos, que no tomen parte activa en ellos.

Lo que pasa es que, actualmente parece que se lleva eso de ser agnóstico aunque muchos de los que dicen serlo son tan cristianos como yo o más.