EL QUE CANTA REZA 2 VECES I: EN TUS BRAZOS

(Inspirado en la canción del grupo Betsaida “En tus brazos”)

Atiéndeme Señor, tómame en tus brazos: quiero dejarme abrazar por ti. 

Te llamo en el silencio de mi corazón, que hoy está dolorido y triste.  Quiero amar tu voluntad, lo sabes bien, pero me asusta la cruz.  Tú ya has pasado por ella, aliéntame, dame valor y un corazón generoso y enamorado como el tuyo. 

No quiero dudar que estás aquí.  Que nunca me olvide de ti, de que siempre estás conmigo.  Que nunca caiga en la trampa de la tristeza: ¡tengo a Dios en mi corazón!

Atiéndeme Señor, tómame en tus brazos que, abiertos, me invitan a ir a ti: que jamás tenga miedo de acudir a ti, aumenta mi esperanza, mi abandono en ti y mi fe.  Que no me resista a tu acción en mí, que sea dócil, que no te ponga obstáculos.

Transfórmame, Señor, tómame en tus brazos: que aprenda de ti a estar en la cruz: no te rebelas, no estás rabioso ni te encaras con tu Padre.  Amas su voluntad aunque estás sufriendo a lo bestia, tienes paz porque estás obedeciéndole y abriéndonos el Cielo.  ¡Anda que no me queda a mí por aprender!

Toma de mi vida lo que tú quieras, si me ayudas puedo ser mejor: deseo que me ayudes, por favor.  Pon tus manos de cielo sobre mí, límpiame toda por dentro, sáname, cúrame si tú quieres... y si no, pues no, pero dame todo el sentido sobrenatural y la alegría que necesito.

Más de una persona me ha dicho “por lo menos sonríes”.  Es una gracia tuya, quizás un don y te lo agradezco de verdad, no es mérito mío.  Yo no me doy cuenta, pero si puede hacer bien a otros no dejes de dármelo.

Acéptame Señor, tómame en  tus brazos.  No dejes que se enfríe esta que es mi oración: y si me enfrío yo y no siento nada, haz que te sea fiel y no deje de rezar ni de quererte, porque sin ti ¿a dónde iré?  ¡Eres el alimento de mi alma!

Quiero acompañarte aunque no entienda por qué nos amas tanto, mi Señor.

 

 Extracto del libro “Si supieras cuánto te amo…”, Guadalupe García, Ed. Bendita María.