El domingo, día 26 de julio, el papa francisco ha tenido un gesto significativo. Fue el primer inscrito en la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia.
 Cracovia, no es solo una gran ciudad polaca, es un punto clave de  en la vida de Juan Pablo II, fundador de las Jornadas Mundiales de la Juventud; vuelve con entusiasmo a su propia casa.
   Para miles de jóvenes, algunos ya maduros, Cracovia significa: JUAN PABLO II.
   Una anécdota significativa: El Director de la clínica dental que me cuida es argentino. Con él he comentado, largo y tendido, sobre el papa Francisco. Siempre con gran elogio por ambas partes.
   La joven doctora que me atiende en cada visita, me pregunta a bocajarro:
- ¿A usted le gusta el papa Francisco?
-  Por supuesto
-  A mí me gusta más Juan Pablo II. Con él he celebrado varias Jornadas Mundiales de la Juventud.
   Seguro que miles de jóvenes pueden afirmar lo mismo.
   Al volver a Polonia las Jornadas Mundiales de la Juventud, muchos recordarán las de 1991 en Czestochowa. El entusiasmo del pueblo polaco cuando los peregrinos cruzaban sus pueblos. Cómo eran obsequiados y aplaudidos.
   El Papa abrió las inscripciones con estas palabras: “Hoy se abren las inscripciones para  las 31 Jornadas de la Juventud que tendrán lugar el próximo año en Polonia. Quiero abrir yo mismo las inscripciones, teniendo a mi lado un joven y una joven, delante de vosotros. Y me inscribo para las Jornadas como peregrino mediante este dispositivo electrónico. Celebrada  durante el Año de la Misericordia, esta jornada será, en cierto sentido, un jubileo de la juventud, llamada a reflexionar sobre el tema:
   Esto sucedía el 26 a mediodía. 24 horas después ya estaban inscritos 240 grupos y más de 45. 000 jóvenes. Además de 300 voluntarios.
   La celebración de esta Jornada de la Juventud está inscrita en el Año de la Misericordia. Toda la nación polaca se convertirá en un gran