Voy a contarles una historia. Un niño de once años con discapacidad mental hacía su primera comunión. Luego de la liturgia de la misa, durante la fiesta familiar que segúa si tío dijo a su madre que la ceremonia era bella. Y agregó: "¡Es triste que él no entendío nada!". Al escuchar eso el niño, con lágrimas en los ojos, dijo a su madre: "No te preocupes, mamá, Jesús me quiere como yo soy".