Lerma, 14 de junio
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
A TIEMPO Y A DESTIEMPO
Ayer por la mañana, Lety y yo nos encontramos con sor Rosario, la más mayor de la Comunidad:
-Hola, sor Rosario, ¿qué haces?
-Pues aquí estoy, preparando unos tiestos. Voy a plantar unos pensamientos para cada monja, y así os los podré regalar el día de mi cumpleaños.
Encima de la mesa tenía 16 macetas, cada una diferente, y las iba llenando de tierra poco a poco.
Estoy convencida de que, cuando prepara cada tiesto, está viendo a cada una de sus hermanas, las ama, reza por ellas. En esos montoncitos de tierra pone todo el Amor que el Señor le regala, y, a partir de ahí, sólo espera que Él haga que brote la vida, que las semillas crezcan y florezcan.
Me quedé dándole gracias al Señor porque me regaló ver cómo, al final, después de toda una vida entregada al Señor y en Comunidad, ella ha llegado a una conclusión: el fundamento de la vida es el Amor. No se ha cansado de amar, es más, sólo le queda el Amor.
Y es que, con el Señor, el amor no es cosa de esforzarme unos días, o de luchar hasta conquistar lo que quiero y ya. El amor necesita continuidad; no es hasta los 12 que somos adolescentes, ni hasta los 30, ni hasta los 85 de sor Rosario. El Amor es lo que perdurará por toda la eternidad.
Hoy el reto del Amor es no cansarte de amar. Cristo te lo da todo para que tú ahora lo puedas dar a los demás. Hoy vuelve a retomar lo que ayer pensaste que no merecía la pena. ¿Imposible? Nada es imposible de la mano de Cristo.
¿Quieres ser feliz? Ora y Ama.
VIVE DE CRISTO
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