Tener hijos es una bendición, una alegría y una tremenda responsabilidad. En este tecnificado siglo XXI la educación se entiende como enseñar conocimiento y habilidades dentro de una secuencia definida y estándar. En muchos casos, la enseñanza se parece mucho a una cadena de montaje, en la que se transforma a los niños en jóvenes y a estos en adultos, mediante acciones automatizadas. Esta “cadena” se suele utilizar como una herramienta de ingeniería social de primera magnitud. Tristemente, la educación cristiana y católica también ha tomado un modelo de estandarización que deja abierta la entrada a ideas contrarias a nuestra fe. Le llaman diversidad y tolerancia, pero es más bien postmodernidad intravenosa. 


La educación es una realidad natural que genera derechos de primer orden. Vemos que todos los seres vivos aprenden y que los padres son los principales educadores. El conocimiento adecuado para cada especie de animal, es un don de Dios que da lugar a la maravillosa naturaleza que nos rodea. Educar desde la fe, es un deber que tenemos los padres católicos. 

El Señor da estas cosas; pero ¿no ves que también se las concede a las bestias? Luego esta bendición no es de Sión. Te bendiga el Señor desde Sión y veas los bienes de Jerusalén. Porque aquellos bienes no son de Jerusalén. ¿Quieres conocer que estos bienes no son de Jerusalén? A las aves también se les dijo: Creced y multiplicaos. ¿Quieres tener por cosa grande lo que se dio también a las aves? ¿Quién ignora que se concedió por la palabra de Dios? Usa de estos bienes si los has recibido; y piensa más bien en cómo has de educar a los hijos que nazcan. Pues no es felicidad tener hijos, sino tenerlos buenos. Si te nacieron, trabaja en su educación; sino te nacieron da gracias a Dios. (San Agustín. Comentario al Salmo 127, 5) 

En plena postmodernidad necesitamos de colegios católicos coherente y por eso es muy importante elegir un colegio adecuado. Lo ideal sería que los padres decidiéramos con total conocimiento qué educación van a recibir nuestros hijos, pero esto ocurre pocas veces. Muchos colegios que se autodenominan católicos, rara vez pasan de dar un barniz superficial de la fe que dicen profesar. Muchas veces nos encontramos con profesores que pueden ser no creyentes, creyentes de religiones diferentes o católicos de perfil “alternativo” que pugnan por confundir a nuestros hijos. En el colegio de mis hijos, el profesor de religión de tercer curso de secundaria, dijo que no iba a dar religión porque seguro que ninguno de ellos era creyente. Se dedicó a mostrar diversos activismos sociales y espiritualidades orientales alternativas. Si nos vamos a un colegio estatal o no confesional, podemos encontrarnos también sorpresas increíbles. 

Afortunadamente vamos tomando conciencia, lentamente, de la necesidad de que nuestros hijos asistan a colegios católicos coherentes. En España existen fundaciones que son capaces de hacer posible una educación católica de calidad. Hace pocas fechas se presentó en mi Diócesis (Cádiz y Ceuta) la fundación “Educatio Servanda”, a cuyo acto de presentación tuve a gracia de asistir. La Fundación Educatio Servanda es una institución sin ánimo de lucro dedicada a la promoción de la educación católica en España, dirigida actualmente por D. Juan Carlos Corvera Córdoba y su esposa Dª. Silvia Cano García. 

Es interesante indicar que no está vinculada a ningún movimiento de la Iglesia, ni es iniciativa de ninguna realidad eclesiástica definida. Parte de la toma de conciencia por parte de un grupo de familias cristianas, profesionales de diversos campos de la vida social, de la grave situación de la educación en España. No propone ni basa sus principios en un movimiento de espiritualidad específico. El criterio a seguir es el marcado por el Magisterio de la Iglesia. 

Por el momento se va a hacer cargo de un colegio religioso situado en Puerto Real: “Santo Ángel” y van a abrir uno nuevo en Cádiz capital: “Juan Pablo II”. Es posible que tarden cierto tiempo en abrir el nuevo dentro, ya que el gobierno regional es abiertamente antireligioso, por lo que costarán esfuerzos que esto se lleve a cabo. Hay que rezar para que sea una realidad lo antes posible. 

Mirando las opiniones que se vierten en la red sobre esta fundación educativa y otras similares de ámbito católico, es curioso el recelo que despiertan. Hay tremendos prejuicios que se transmiten a la población general. Los partidos políticos recelan porque nuestros hijos escapan del adoctrinamiento estatal que quieren imponerles. Lo que sorprende es que nadie obliga a sus hijos a ir a estos colegios, ya que los pueden matricular en los que se ajusten mejor a sus ideas. 

En el caso del Colegio “Santo Ángel” de Puerto Real, tengo la certeza que la educación que se impartirá será de calidad excepcional, además de guardar total coherencia con la doctrina eclesial. Lo sé porque conozco al director que ya se ha hecho cargo del mismo, mi amigo Pedro Luis Llera Vázquez. Por los colegios que ha pasado, ha dejado amigos y alumnos más que agradecidos. Sólo puedo darle ánimos y ofrecerle ayuda que necesite de mí. 

La felicidad no sólo proviene de tener hijos, que también, sino que estos conozcan el camino de la santidad. Esa es la principal responsabilidad de padres y educadores católicos.