La poetisa polaca, escritora y Premio Nobel de Literatura, Wislawa Szymborska, en Estocolmo manifestó sobre el amor:

-“Tenía 12 años y un niño, de mi misma edad, me escribió una carta  larguísima. Me decía que él “sería capaz de ir al fin del mundo por mí…”. Y terminaba la carta diciendo: “Si no llueve mañana… estaré debajo de tu balcón para verte”.

Entonces comprendí el valor de las promesas de amor”.

Y es que el amor de madre es único.

No va… ni viene.

No se cansa… ni abandona.

No se muda… ni cambia.

La madre no promete... siempre da… y se da.


Lanza de Vasto, filósofo y poeta, se interrogaba:

“¿Qué puedes dar a tu madre a cambio de su sangre, de su leche, de sus cuidados, de sus lágrimas, de la realidad de su amor?” 

San Juan de la Cruz afirma:

El alma que anda en amor, ni cansa… ni se cansa”.




Alimbau, J.M. (2011).  La madre (la tuya y la mía). Barcelona: Editorial Claret.