Hay heridas que nos han marcado. Aquellos que nos podrían haber ayudado han pasado de largo ignorando nuestras necesidades. Y a estas heridas las hemos escondido y sepultado en lo más profundo de nuestro ser, detrás de barreras que nos hemos creado para protegernos.
Estas barreras impiden la comunicación y la apertura, nos traban para establecer relaciones sanas. Es necesario que esas barreras comiencen a caer para que podamos ser verdaderamente libres, es decir, verdaderamente humanos. 
 
Jean Vanier, Acoger nuestra humanidad 148