Hoy he recibido un tweet de un buen amigo mío, sacerdote perteneciente a la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri. En él propone un hermoso poema de San Efrén, el célebre diácono cantor de Nísibe del siglo IV. En esta cuarta semana de Pascua en que miramos a Cristo, el Buen Pastor, este texto nos habla del Amor de quien nos precede y nos sigue, quien a veces corre delante de nosotros para que ardamos en deseos de alcanzarlo y otras veces corre tras nosotros, para alentarnos en la carrera de nuestra vida.


 

Dios, que es rico en sabias disposiciones,

que se retira o se acerca siempre en vistas a ayudar,

corre tras de nosotros porque nos quiere,

y huye de nosotros también por amor nuestro.

 

Al huir de nosotros,

quiere acrecentar el amor:

el amor corre tras Él, y así da a conocer

que sin Él no puede vivir.

 

Otras veces,

es Él quien corre tras de nosotros,

para mostrar que no puede

soportar nuestra ausencia.

 

Huye de nosotros

para que nuestra pesadez

se encienda en deseo y corra tras su belleza;

para hacernos crecer con esa sabia carrera,

pues nuestra sabiduría

consiste en correr tras el Bueno.

 

Y si nos quedamos retrasados,

debido a nuestras pocas fuerzas,

Él se pone a correr tras de nosotros con su gracia,

de modo que, igual que huía para ayudarnos,

ahora corre para alcanzarnos
y darnos la libertad.

 

San Efrén de Nísibe, De Eccl. LII

 


Juan Miguel Prim
elrostrodelresucitado@gmail.com