Georges Bernanos, novelista católico francés, autor de “Diálogo de Carmelitas” y “Diario de un cura rural”, afirmó contra quienes atacaban a la Iglesia:
-“La Iglesia dispone de la alegría, de un depósito de alegría para quienes viven el dolor y devolverles la alegría”. Añadía:
-“Lo que ustedes han dicho y hecho contra la Iglesia… lo han dicho y hecho en contra de la alegría del mundo.”
 
Paul Claudel, después de su vuelta al catolicismo, dijo:
-“Me convertí porque comprobé que las personas que creían, que tenían fe, eran más alegres y felices”.
 
Marsol: “La alegría habitual, aún en medio de los dolores y enfermedades, es la característica de los santos.»
 
-«La alegría es un asunto moral: no es el bienestar el que la proporciona, sino el alma la que la produce”, enseñaba Mons. d’Ultz.
 
San Ignacio de Loyola manifestaba: “Me gusta ver reír a la gente. Un cristiano no tiene ningún motivo para estar triste y tiene muchos para ser y estar alegre”.
 
El P. Charles  enseñaba: “La mejor manera  de procurarse alegría –para uno mismo- es dársela  -primero-  a los demás”.