Mis experiencias como profesor de religión han sido hasta la fecha realizando sustituciones. Ser profesor sustituto tiene una pequeña dificultad añadida: tienes que trabajar sobre la base de otra persona pero no puedes convertirte en ella y dejar de ser tú. Yo procuro respetar, como no, la linea general del compañero sustituido pero dar las clases según mi forma de entender.

Esto en ocasiones es más complejo de lo que parece. Una vez me tocó sustituir a un compañero que se limitaba a poner películas y organizar debates. Hacer debates es algo que no suelo utilizar, ya que por mi experiencia para debatir de algo necesitas tener un conocimiento amplio del tema y con los alumnos al final se convierte en una continua corrección de errores. Lo de las películas lo suelo utilizar como recurso pero nunca como exclusivo y siempre relacionado con el tema en cuestión. Las películas sobre “valores humanos” raras veces las empleo y por lo general utilizo las de contenido religioso explícito.

 

En cuanto a los alumnos resulta curioso como, pese a su juventud, suelen resistirse al cambio, muchas veces de forma interesada, como el grupo que me insistía en trabajar con los ordenadores de la sala de informática, algo que no suelo emplear, pero cuyo interés era el de chatear con amigos o revisar sus páginas de twiter o facebook.

Pero una cosa en la que encuentro al principio bastante resistencia es a la hora de hacer exámenes. Me gusta hacer exámenes, me parece un instrumento válido y objetivo para evaluar a los chicos además de conferir a mi asignatura la “normalidad” de cualquier otra. Sin embargo esta práctica no es compartida por la gran mayoría de compañeros, por lo que los alumnos suelen decirme lo de “en Religión no hacemos exámenes”.

Cierto es que yo hago exámenes para aprobar, tipo test, sin preguntas a mala leche y totalmente objetivas, que era lo que más odiaba cuando era alumno, en las que más que saber la respuesta debes saber interpretar lo que ha querido decir el profesor o aquellas en las que un alternativa era correcta y la otra “más correcta” que la primera. Mi exámenes son cortos, de dos alternativas, una claramente correcta y otra claramente falsa. Aprobarlos es muy fácil y solo suspenden al final aquellos que muestran un claro interés en ello y a los que respeto su voluntad.

Para que les quede claro hago un examen el primer día, no calificable pero que me sirve para tener una idea de sus conocimientos sobre religión y moral católica, normalmente paupérrimos. 1215 frases que deben indicar si son verdaderas o falsas y que hoy quiero compartir con los lectores de este blog, ¿alguien se anima?. Aunque suelo publicar estos artículos en domingo, para las respuestas haré una excepción y las daré a mitad de semana.

  1. San Pedro y San Pablo fueron dos de los cuatro evangelistas

  2. Los evangelios narran la visita de los tres reyes magos Melchor, Gaspar y Baltasar al niño Jesús.

  3. Todos los sacerdotes hacen sus votos de pobreza, obediencia y castidad al ordenarse.

  4. La diferencia entre la clase de religión y la catequesis es que una se da en el colegio y otra en la parroquia.

  5. El feto adquiere su condición de ser humano a los tres meses de la concepción.

  6. Los católicos adoramos a la Virgen María

  7. Para ser cristiano se requiere un esfuerzo constante en la oración y las buenas obras.

  8. La voluntad de Jesús es que hubiese multitud de iglesias y congregaciones cristianas.

  9. El sucesor de San Pedro hoy en día es el patriarca de Jerusalén.

  10. Jesús nació el 25 de diciembre

  11. Teresa de Calcuta fue la fundadora de una ONG

  12. Cada Papa se encarga de elegir a su sucesor.

  13. El sacramento de la Confesión se denomina también Eucaristía

Adelante, tenéis un minuto (bueno, es broma). Para las respuestas correctas no habría nada que matizar, para las falsas sería bueno que identificaseis dónde está el error o cual sería la afirmación correcta.