En el suelo de la plaza de Santa María, delante de la fachada principal de la catedral, existían antes, hoy han desaparecido, esas dos fuentes que se observan en la fotografía adjunta.

Se construyeron hace justamente cincuenta años. Durante el pasado mes de marzo hemos conmemorado la entrada de la Misa ante el pueblo, promovida por la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II.

Bien, pues, era la noche del 7 de marzo de 1965, los entonces seminaristas salíamos de la catedral, participando de la primera Misa cara al pueblo, en la que estuvieron sacerdotes de la ciudad de Jaén.

Uno de ellos llamado, don Antonio Fontiveros, no se dió cuenta y cayó de cabeza en la fuente izquierda de la foto, que estaba sin terminar y no tenía vallas que impidieran caer de cabeza en el amplio hoyo. Varios alumnos del Seminario nos tiramos a recoger a don Antonio, quien en una ambulancia fue enviado a un centro hospitalario, donde a poco falleció.

Ostentaba la parroquia de Santa Cristina, en la aldea de Otiñar, a pocos kilómetros de la ciudad. Fue enterrado en la cripta propiedad de la Venerable Universidad de Curas Párrocos, existente en el viejo cementerio de San Eufrasio.

Descanse en paz, don Antonio.

Tomás de la Torre Lendínez