Cuando hoy se cumplen cincuenta años del inicio de la celebración de la Misa modélica, nacida de la reforma conciliar, es interesante recordar al maestro de ceremonias, que por aquellos años había en la catedral de Jaén. Era el sacerdote don Francisco Padilla Gutiérrez, quien asistía al obispo en la celebración de los Pontificales.

Don Francisco había nacido en Jaén. Estudió en el Seminario diocesano. Estuvo en varias parroquias, hasta que accedió al oficio de maestro de ceremonias dentro de los actos religiosos catedralicios.

Se distinguía por llevar un puntero de plata, propiedad de la catedral, con el que señalaba al obispo sus movimientos litúrgicos, y a los ministros asistentes las obligaciones de su cargo.

Don Francisco era un hombre tranquilo, pero con un humor sarcástico, que sacó punta a la reforma litúrgica conciliar. Se jubiló pronto y el sustituto tomó el cargo con la dignidad que requería el momento, pero hubo cambio de obispo, y el entrante le dijo, el primer día, que cuando lo necesitara lo llamaría. Nunca volvió a ejercer su oficio.

Descanse en paz, don Francisco, el maestro de ceremonias con un fuerte humor ante los cambios conciliares.

Tomás de la Torre Lendínez