Si ya en su día tuvimos ocasión de conocer los dos puntos concretos sobre los que versaban las grandes divergencias entre Jesús y los fariseos, la cuestión del sábado (pinche aquí para conocerla), y la cuestión del mesianismo de Jesús (pinche aquí para hacer lo propio), lo cierto es que entre los fariseos y Jesús existían y no menos muchos puntos en común, puntos que son los que vamos a intentar explicitar precisamente hoy.
 
            El primero, su extraordinario y prolijo conocimiento de las escrituras; pero también y no menos, determinados conceptos de gran importancia en la ideología de unos y de otro: la creencia mesiánica, la fe en la vida eterna, la existencia de un premio y de un castigo en el más allá, etc.
 
            En más de un pasaje del Evangelio, los fariseos demuestran un acendrado interés en departir con Jesús. Fariseo es el Nicodemo que a toda costa, y aún en la clandestinidad de la noche, se juega el tipo para parlamentar con el maestro de Galilea (cf. Jn. 3, 1-21), se lo vuelve a jugar dando la cara por él ante los demás fariseos (cf. Jn. 7, 50-52), y al final, cuando todo ha terminado, aporta los aceites con los que se embalsama el cuerpo de Jesús descendido de la cruz (cf. Jn. 19, 39). En otro pasaje vemos como “un fariseo le rogó que comiera con él” (Lc. 7, 36), lo que se repite por lo menos dos veces más (ver Lc. 11, 37; Lc. 14, 1). En otro momento, unos fariseos no pueden reprimir aplaudir a Jesús cuando con una de sus rápidas respuestas calla la boca a los saduceos:
 
            “Algunos de los escribas [generalmente fariseos] le dijeron: «Maestro, has hablado bien.»” (Lc. 20, 39).
 
            Y en otro pasaje tan desconocido como inesperable, fariseos son los que salvan la vida de Jesús:
 
            “En aquel mismo momento, se acercaron algunos fariseos y le dijeron [a Jesús]: “Sal y vete de aquí, porque Herodes [se trata de Herodes Antipas, el mismo que ya había hecho decapitar al Bautista] quiere matarte” (Lc. 13, 31).
 
            Pasajes sobre los cuales cabría basar la sugestiva teoría que habla de una posible militancia de Jesús entre los fariseos o, por lo menos, un contacto más o menos cercano con ellos en algún momento de su vida, puede que durante su infancia o durante su primera juventud.
 
            Y sin más por hoy queridos amigos, aquí les dejo de momento, porque mañana por aquí andaremos de nuevo. No sin desearles como siempre, que hagan Vds. mucho bien y que no reciban menos. Hasta mañana.
 
 
            ©L.A.
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