En el pasado marzo falleció el sacerdote don Gabriel Párraga Bravo, quien había nacido en Villacarrillo. Estudió en el Seminario Diocesano. Al acabar los cursos fue ordenado sacerdote.

Lo conocí siendo párroco de Mogón, donde dejó construida una iglesia parroquial y casa rectoral. De allí pasó a ser Ecónomo del Seminario, cargo en que permaneció bajo el gobierno de tres obispos.

Uno de ellos, lo nombró canónigo de la catedral de Jaén, donde servía el culto correspondiente. Sufrió una afección al sistema vascular de la cabeza, lo que le llevó a la disminución de cargos, y a emboscarse en la música como una terapia para su recuperación.

Era un gran melómano de la gran música clásica, a la que consideraba su gran medicina.

Descanse en paz don Gabriel.

Tomás de la Torre Lendínez