Son tres los sacerdotes que sufren el martirio en las primeras horas del 22 de julio de 1936. Se trata de los beatos Pedro Ruiz de los Paños y José Sala Pico. De ellos ya narramos detenidamente su martirio (ver enlaces al final del artículo). Junto a ellos fue asesinado el siervo de Dios Álvaro Cepeda Usero.

 

SIERVO DE DIOS ÁLVARO CEPEDA USERO

Natural de Ciudad Real, había nacido el 19 de febrero de 1868. Ordenado sacerdote el 22 de septiembre de 1894. Recibió la ordenación sacerdotal el 22 de septiembre de 1894. Un año antes, ya ejercía de Salmista en la Santa Iglesia Catedral Primada. Su primer nombramiento fue de capellán del convento de Jerónimas de la Visitación, llamado de la Reina. Al año siguiente, en 1895, fue nombrado beneficiado mozárabe de la catedral de Toledo. Ese mismo año, fue nombrado profesor del Seminario. En 1900, pasa a atender la parroquia mozárabe de San Marcos. En los años veinte, aparece además ejerciendo el cargo de capellán del Ayuntamiento de la ciudad Imperial. Finalmente fue nombrado canónigo mozárabe de la Catedral de Toledo.

Su domicilio estaba situado muy cerca del Seminario Diocesano. En la noche del 22 de julio llegaron a su casa dos sacerdotes operarios, el beato Pedro Ruiz de los Paños, Superior General de la Hermandad y el beato José Sala Picó, Rector del Seminario Menor (que fueron beatificados por san Juan Pablo II el 1 de octubre de 1995). Habían dejado el Seminario temiendo prudentemente que esa misma noche sería asaltado. La hermana de Don Álvaro los acogió amablemente. Pero casi al amanecer del día siguiente se personaron unos milicianos, obligando a los tres sacerdotes a acompañarles para ir a declarar. Los llevaron por las callejas, las manos en alto, hacia un edificio habilitado como cárcel en la calle de los Reyes Católicos. Como estaba saturado de presos, los condujeron hacia el Paseo del Tránsito en dirección a otra prisión. Pero al llegar al Paseo, un jefe de las milicias, les dijo que no valía la pena seguir más adelante, que él estrenaría con ellos un arma que acababan de entregarle. Y, sin más, disparó sobre ellos varias veces matándolos en la misma entrada del Paseo.

Fueron los primeros de una larga lista de asesinados en el toledano Paseo del Tránsito. El siguiente, de este día 23, fue el siervo de Dios Matías Heredero.


 

En la calle del Pozo Amargo

SIERVO DE DIOS MATÍAS HEREDERO RUIZ

Nació Matías nació en la Puebla de Montalbán (Toledo) el 20 de abril de 1878. Tras realizar sus estudios en el Seminario Conciliar de Toledo fue ordenado sacerdote el 20 de septiembre de 1902. Los casi treinta y cuatro años de ministerio transcurrieron en los siguientes destinos: los primeros, en la provincia de Guadalajara; en 1902, como párroco de La Mierla; en 1904, ecónomo de Retiendas; en 1907, párroco de Torija y Rebolloso de Hita. Finalmente, el 18 de febrero de 1913, se publica que “la Excma. Sra. Duquesa de Noblejas (doña Carmen de Chaves y Valdivieso) había propuesto a don Matías para ocupar la vacante de cura propio de la Parroquial de Santiago, de la villa de Noblejas”, donde por más de veinte años ejercerá como párroco.

Gran predicador, su nombre aparece en numerosas noticias sobre fiestas patronales o novenas, en las que se reclamaba la presencia de don Matías para escuchar su oratoria. En un “Castellano” del 12 de diciembre de 1933 encontramos la siguiente afirmación con motivo de la predicación, en la parroquia toledana de santa Leocadia, en el día de la fiesta de dicha santa: “…estando el panegírico de la Santa a cargo de don Matías Heredero, cura párroco de Noblejas, a quien tanto cariño se le profesa en esta feligresía, que fue siempre la suya, en los muchos años de su permanencia en Toledo. Fue su sermón un hermoso cántico a las virtudes y glorias de nuestra santa, que causó profunda impresión en el ánimo de cuantos le escucharon”.

Cuando estalla el conflicto bélico de 1936, el Siervo de Dios se encuentra circunstancialmente residiendo en casa de unos familiares. Se puede decir que su ingenuidad le valió el martirio. Las hordas marxistas siguen atravesando las calles de la Ciudad Imperial para ejercer el control físico. Obligan a todos a poner colgaduras en los balcones. Don Matías se asoma al balcón y pregunta:

-¿Colgaduras blancas o rojas?

Los milicianos observan que el que habla lleva sotana. Y, con gritos de alborozo, se llaman unos a otros.

-Aquí, otra pieza, otra pieza…

Con insultos le obligan a bajar. A empujones le roban el reloj y el dinero, que le sustraen de la cartera. Unos pocos metros más allá del domicilio, en la plazoleta que se forma en el pozo de la calle del Pozo Amargo, es asesinado por el delito de ser sacerdote. Recibe la descarga abrazado a su crucifijo, ante la mirada atónita de sus familiares, que cierran el visillo, llenos de miedo, pensando que después vendrán a por ellos. Pero los marxistas se marchan pronunciando un lacónico:

- Listo, otro menos.


 

Sobre el martirio de los beatos Pedro Ruiz de los Paños y José Sala, pueden consultar los artículos publicados en 2011:

21h del 22 de julio, refugiados en la calle Sta. Isabel de Toledo

http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=16735&mes=7&ano=2011

9h del 23 de julio, Paseo del Tránsito de Toledo

http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=16736&mes=7&ano=2011