La Navidad llama a las puertas de universo, a las entrañas de la humanidad, al corazón de todos nosotros, allá donde nos encontremos. "La Navidad es la fiesta en la que se celebra, no un acontecimiento pasado que ocurrió una vez y pasó, sino algo presente que es al mismo tiempo comienzo de un futuro eterno que se nos acerca. Es la fiesta del nacimiento de la eterna juventud. Nos ha nacido un Niño. Pero no es el Niño que comienza ya a morir en el momento que empieza a vivir. Es el Niño en que se injerta definitiva y triunfalmente la eterna juventud de Dios", dejó escrito K. Rahner.

Hablar de la Navidad no podemos hacerlo con palabras sino con actitudes, con el propósito de acercarnos a todos los pesebres de la tierra para descubrir en los débiles, en los pobres, en los desolados, la presencia del Niño Dios.
 
            Si tienes tristeza, alégrate.
            La Navidad es gozo.
            Si tienes enemigos, reconcíliate.
            La Navidad es paz.
            Si tienes pobres a tu lado, ayúdalos.
            La Navidad es dar.
            Si tienes orgullosa soberbia, sepúltala.
            La Navidad es humildad.
            Si tienes deudas, págalas.
            La Navidad es justicia.
            Si tienes maldad y pecado, arrepiéntete y cambia.
            La Navidad es conversión y gracia.
            Si tienes tinieblas, enciende tu farol.
            La Navidad es Luz.
            Si tienes resentimientos, olvídalos.
            La Navidad es perdón.
            Si tienes vacíos, llénalos.
            La Navidad es Amor.
 
           A todos vosotros, hermanos y amigos, desde el portal de Belén, ¡Feliz Navidad!