Anoche en el excelente programa de Radio María “Diálogos con la Ciencia” en el que tengo el placer de colaborar, su director Javier Angel Ramírez realizó una interesantísima mesa redonda con expertos españoles sobre el covid y su vacuna, cuyas conclusiones me parece interesante trasladar a Vds.

            Participaron (porque estos expertos sí tienen nombre y apellido) los siguientes especialistas:

            Justo Menéndez, master en enfermedades tropicales y médico de urgencias sanitarias desde hace más de treinta años. Ha desarrollado y fue primer director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias

            José Antonio López Guerrero, profesor titular de microbiología de la Universidad Autónoma de Madrid. Director del grupo de Neurobiología.

            Juan Martínez Hernández, especialista en medicina preventiva y salud pública. Fue director general de Salud Pública de la Comunidad de Madrid. Actualmente trabaja en el Hospital universitario de Móstoles. Autor del libro “Gripe A pandemia gripal 2009”.

            Javier Pérez Castells, catedrático de química orgánica, bioquímico, divulgador científico.

            Estas son algunas de las ideas que se expusieron en el programa.

            Las personas que en un test serológico presenten IGGs, es decir, que han pasado el covid y tienen por lo tanto anticuerpos, no necesitarían vacunarse o, por lo menos, no constituyen grupo prioritario y podrían quedar exentos de hacerlo. Lo ideal, de hecho, sería incluso hacer un test a los vacunandos antes de inocular la vacuna, para saber si han padecido ya la enfermedad o si la están padeciendo, aunque al día de hoy no parece una opción "económicamente" viable.

            Si después de la primera dosis de la vacuna el vacunado se infectara, no debería recibir la segunda.

            La vacuna del covid no lleva incorporado ningún antibiótico, por lo que es apta para personas con alergias a antibióticos. Tampoco incorpora ningún compuesto metálico.

            No hay en las vacunas actuales utilización de células fetales.

            La vacuna es del tipo ARN mensajero, no inocula propiamente el virus, por lo que es imposible que produzca la enfermedad, así que si una vez vacunada una persona, ésta desarrolla la enfermedad, será por razón diferente a la vacuna.

             El ARN de la vacuna no puede introducirse en el ADN humano.

             Las personas que tienen una enfermedad crónica son perfectamente aptas para recibir la vacuna, es más, deberían constituir objetivo preferente de la campaña de vacunación y probablemente así será en la segunda fase de la campaña.

             No conocemos todavía la durabilidad de la vacuna. Sólo parece garantizada durante ocho meses, luego habrá que ir viendo. Este punto, en mi humilde opinión, podría haber sido más desarrollado, pero por mucho que en la radio el tiempo parezca estirarse y estirarse, tiene también sus limitaciones. Me habría gustado que se hubiera explicado qué solución tiene la cuestión si la durabilidad se limita a ocho meses, si habrá que proceder a revacunaciones, cuál sería entonces el plazo para obtener índices razonables de inmunización grupal, etc.

              No está descartado que una persona vacunada e inmune pueda seguir contagiando, por mantenerse el coronavirus acantonado en sus mucosas, lugar en el que es inocuo para él, pero no para las personas con las que entre en contacto.

              La investigación sobre el coronavirus debe intentar determinar qué animales, además del ser humano, pueden constituir reservorios del virus. Se sabe ya que los visones lo son. En el proceso de trasposición del virus del murciélago al ser humano existe evidencia de que hubo un animal interpuesto que al día de hoy, sin embargo, todavía no se sabe cuál es.

              En España hay varios proyectos de vacuna muy interesantes. Se citaron el del Dr. Luis Enjuanes y el del Dr. Mariano Esteban.

             La Seguridad Social es capaz de poner 500.000 vacunas al mes en las campañas de vacunación contra la gripe común. El objetivo debería ser el mismo para la vacuna del covid.

            La obtención de la vacuna en un plazo tan corto ha sido posible gracias a una inversión económica y un esfuerzo humano sin precedentes en la historia.

              Gracias a la vacuna, la situación podría ser muy diferente (a mejor) tan pronto como el verano.

             Existen otros efectos colaterales positivos de la vacuna y de la campaña de vacunación, como son el hecho de recuperar la normalidad sanitaria perdida, que implica la retoma de tratamientos que se han ralentizado (cáncer y otros), diagnóstico de nuevas enfermedades diferentes del covid, etc..

             Se planteó la posibilidad de abrir un registro tanto de personas vacunadas como de personas no vacunadas, éste último de cara a evitar denuncias malintencionadas de personas que habiendo decidido no vacunarse, reclamen luego responsabilidades por no haber recibido la vacuna. Se apuntó incluso la posibilidad de restringir derechos a personas no vacunadas (asistencia de niños a la escuela, etc.),algo en lo que personalmente no estoy de acuerdo, pero que se dijo.

             Y con esta noticia me despido por hoy, no sin desear a Vds. como siempre que hagan mucho bien y que no reciban menos.

  

            ©L.A.

            Si desea ponerse en contacto con el autor, puede hacerlo en encuerpoyalma@movistar.es. En Twitter  @LuisAntequeraB