El 28 de noviembre del año en curso, falleció en la ciudad de Cancún, México, Roberto Gómez Bolaños (1929-2014), actor, guionista y productor que hizo historia; sobre todo, gracias al “Chavo del 8”, programa televisivo de amplia difusión en América Latina y otras regiones del mundo. Junto con “Cantinflas”, un grande del humor blanco.
 

 
 Al lado de “Chespirito”, crecimos muchas generaciones. Sus programas y personajes tenían como común denominador un estilo transparente, puro; es decir, libre de cualquier contenido vulgar o descontextualizado. Hoy día, ¡es lo que nos hace falta! Recuperar la capacidad de reír sin faltar a la moral. No empleaba malas palabras ni comportamientos con doble sentido. Al contrario, sabía arrancar varias carcajadas a través de una sana crítica social. Sin duda, un mexicano ejemplar también por su humildad y sencillez.

 La trayectoria de Roberto Gómez Bolaños nos recuerda la importancia de trabajar por mejorar el contenido de los programas infantiles, buscando un mensaje constructivo, vivo, atractivo y, sobre todo, formativo. Demostrar que es posible divertirse y, al mismo tiempo, conservar las buenas costumbres. Descanse en paz.