EVANGELIO

Yo he venido al mundo como luz.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 12, 44-50

En aquel tiempo, Jesús dijo, gritando:
«El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí, ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas.
Al que oiga mis palabras y no las cumpla, yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, esa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo, lo hablo como me ha encargado el Padre».

Palabra del Señor.

Avisos:

(Retiros pendientes de apertura de inscripciones. Informaremos más adelante)

Marienjuicia y Josejuzgo.

Dice San Juan Pablo que en mi corazón puede haber dos actitudes: Acusación o llamada. La primera es estéril, hunde más y lleva a lo oscuro. La segunda siembra una esperanza, ilusiona. ¿Qué hay en mi corazón? ¿Juzgo o salvo? Juzgar lleva a recriminar, exigir, condenar. La salvación exige de una entrega personal por el otro. Ésta da vida, alienta y une.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Marienjuicia: Felipe, eres un vago. Ahí tirado en el sofá. ¿No ves todo lo que hay que hacer? ¿Es que no se te mueve nada por dentro?
Marisalva: Felipe, con lo bien que sabes doblar tú las camisas. ¿Te vienes conmigo y las doblamos juntos? Luego, cuando acabemos, me siento contigo a ver el fútbol…
Josejuzgo: Laura, estás todo el día histérica, insoportable. No hay quien te aguante…
Josesalvo: Laura, ven, siéntate a mi lado. Cuéntame qué te pasa, que te veo pasándolo mal. Déjame que te escuche e intente ayudarte…

Madre,

Sólo el que se entrega construye, sólo el que se sacrifica da vida. Que llevemos siempre esa actitud de salvar con Cristo. Por Él, con Él y en Él. Amén.