El día de hoy en el III Congreso de la Divina Misericordia de Colombia ha sido muy intenso. Desde las 8 de la mañana hasta las ocho de la noche. Por la mañana importantes ponencias con una llamada fuerte a vivir la misericordia en el mundo actual. El Obispo Auxiliar de Puebla y Secretario de la Conferencia Episcopal Mexicana, nos ha dicho, entre otras muchas cosas, que quien ha escogido el amor de Dios no se lo puede quedar, ha de comunicarlo. La misericordia es la esencia misma de Dios.


 
Cada uno de nosotros somos necesarios, nadie puede decir yo no puedo, yo no valgo. Si Dios me ha creado es para algo importante. Dios nos ha dado la familia de la Iglesia , y ella me oye, me acoge, me perdona, me quiere... Nos ha puesto un ejemplo para recordarnos que hay que ser agradecidos y no egoístas. Un señor recibe como regalo un caja con un par de zapatos de buena marca. Al principio, antes de abrir la caja, dijo con falsa humildad que el no merecía ese regalo. Al abrirlo mira atónito los zapatos y grita: ¿Y donde están los calcetines?- Nos suele ocurrir. Todos queremos más y disfrutamos poco lo que nos regalan, lo que Dios nos da. Igualmente Mons. nos ha contado un chiste. ¿En que se diferencia un perro de un gato? En que el perro cuando le das algo te mira agradecido y piensa: -Este debe ser un dios. Y el gato, cuando recibe un obsequio afirma: - Cuando me dan esto es porque yo debo ser Dios.  Así nos puede ocurrir a nosotros: cuando nos dan algo tenemos la tentación de pensar que somos muy importantes, que más nos merecemos.
 
Dios nos ama acariciando nuestras heridas del pecado, dice el Papa Francisco. Un hijo, por muy pródigo que sea, sigue siendo un hijo. Yo tengo la misión de acoger a todo el que llegue sin pedirle cuentas.
 
El Padre Jaramillo, cura televisivo muy conocido en hispanoamerica, y líder de la renovación carismática, nos ha hablado con entusiasmo de la necesidad de amar a Dios con alegría.  Y de alegría del sacerdote ha tratado la letra de uno de los cantos que hemos tenido en el festival de la tarde. "Alégrese Padre" era el estrivillo de la canción. Y los miles de laicos que llenaban el recinto nos miraban solicitando nuestra sonrisa. Y así debe ser.
 
La última parte de la tarde la ha llenado el Santísimo expuesto en la gran explanada de un recinto histórico de la época colonial. Hemos rezado por el mundo entero para que haya paz, y por las intenciones que cada uno traía en el bolso.
 
De 6 a 8 de la noche los representantes de los distintos continentes hemos intercambiado experiencias enriquecedoras. Y hemos elegido Filipinas como sede el próximo Congreso.