Cuando uno está con personas que sufren alguna discapacidad mental, no debe tener prisa. Hay que tomarse el tiempo necesario para escucharlos y comprenderlos. No son fundamentalmente "eficaces"; encuentran su alegría en la presencia, en la relación; su ritmo en el del corazón. Nos obligan a ir más despacio para vivir intensamente la relación.

 
 
Jean Vanier, Amar hasta el extremo P 29