Lo propio del ser humano es la capacidad de razonar, lo racional. En esto es en lo que nos distinguimos de los animales.

Sin embargo muchos, y en esto no hay edad, se guían por sentimientos y no por la razón.

A la hora de formarse una opinión, de tomar partido… la pregunta que se hacen es  “¿qué siento?”, cuando lo propio es que se preguntaran ¿qué es lo que está bien?”, “¿cuál es la verdad?”.

En realidad no hacen otra cosa que repetir lo que “enseña” la televisión, donde película tras película, serie tras serie, oímos las mismas frases: “¿Qué te dice tu corazón?”, “Haz caso a lo que dicte tu corazón”, “Sigue lo que sientas”, “El corazón nunca se equivoca…”

Pero de pararse a pensar un poco y usar la cabeza, nada de nada.  

Y esta forma de actuar, por sentimientos y no por razonamientos, nos hace víctimas fáciles no sólo de las propagandas comerciales, sino también políticas y sociales (la mayoría interesadas), que acuden precisamente a promover sentimientos en lugar de razonar, con argumentos tan “razonados” como: 

En conclusión, lo lógico sería ir invirtiendo la anterior situación, y que prevalezca el razonamiento sobre el sentimiento. En esto consiste precisamente la madurez, que no es algo que se consiga con la edad, sino con el desarrollo de lo racional.

Los Tres Mosqueteros

NOTA: Durante el mes de agosto no publicaremos, retomaremos los artículos del blog en septiembre. Hasta entonces, feliz verano a todos.