No hace mucho se insistía por parte de altas instancias del Gobierno, en la necesidad de recuperar los valores morales y éticos. Pero lo que no se acaba de ver es la lógica entre esto que se reconoce, y las actitudes que tienen de cara a la moral y a la ética.

Yo diría que el primer valor a recuperar es la justicia y no me refiero sólo a la independencia judicial, sino también a la otra justicia que consagra nuestra Constitución española y resume magníficamente en su Preámbulo.
“Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo.

Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones…”.

Nos concierne a todos la obligación moral de moderar sueldos y prebendas, al gobierno en especial por sus responsabilidades, pero también a la oposición y a los sindicatos obreros, que se sufragan del salario de los trabajadores a los que representan.

Es así como se garantiza la convivencia con un orden económico y social justo.

Pero, lo cierto es que hay hechos que claman al cielo, porque si es verdad que hay algunos ex - ministros que cobran más de mil € diarios, además con muchos extras, en un cargo que les han asignado a dedo, es lógico que proliferen partidos y políticos que sólo luchan por hacerse un hueco en el arco parlamentario para vivir de la política, o sea de nuestros impuestos. Y así …
¿alguien va a creer que España puede ir bien?

Y ¿no es urgente que nuestros servidores públicos, empezando por el Gobierno, tomen cartas en el asunto y estén pendientes de servir y no de servirse? Algo se está iniciando y es muy significativo, pero más importante aún es acabar lo que se está iniciando, y ahí que deban aunar esfuerzos gobierno y oposición, y ser ejemplo de honradez; si de verdad quieren y están convencidos, pueden. Y así los discursos populistas, radicales y excluyentes, no les arrebatarán el voto vendiendo utopías marxistas, como ha pasado en las elecciones europeas.

Por otra parte, hay que fomentar los valores morales y éticos, y no es fácil, si se es cobarde. El Gobierno no puede ir a la deriva en esta tarea; no puede haber ni dejadez ni dejación de responsabilidades. Sabemos que hay distintas maneras de pensar, pero hay que marcar camino, conscientes de que no pueden estar nadando entre dos aguas y queriendo contentar a todos, cosa imposible además. Hay que avanzar por mucho que haya quienes digan que estos avances son un retroceso. Desde luego, dejándose guiar siempre por la verdad y buscando el bien común. Si, con mayoría absoluta no dan pasos serios en la reforma de la sociedad, con estos criterios de verdad y nobleza, habrán perdido una ocasión única. Y no es que yo diga lo que mucha gente dice, que el gobierno anterior ponía unas leyes injustas a todas luces y que el actual las deja prácticamente como estaban; y así vamos…

Ahí tenemos también el ataque sistemático en los medios de comunicación del Estado a los derechos humanos, y especialmente, al primero de todos, que es el derecho a nacer y a conservar la vida. Es obligación del Gobierno “proteger a todos los españoles en el ejercicio de los derechos humanos”. (Preámbulo de la Constitución) Sin embargo desde 1985 todos los Gobiernos están permitiendo el aborto, a pesar de que puede ser considerado como el mayor genocidio de la Historia, ya que lo que se suprime en el aborto es una vida humana.
Y aunque no se trate de legislar sobre la formación moral en los centros de enseñanza, ahí tenemos unas leyes que dificultan la educación en valores morales y éticos, y el Gobierno, sin atreverse a plantar cara a quienes no van por ahí.

Sólo nos faltaba que viniese ahora el ministro de Educación y empezase a reducir el horario de religión a 45 minutos semanales. Ante esta situación, además de privar a los escolares de la cultura, haciendo un alarde de ignorancia porque España es Europa y Europa no se entiende sin sus raíces cristianas, volvemos a ver un Gobierno pusilánime. O el Gobierno es valiente y cambia de proyecto educativo moral y ético, o hay que aconsejar a los cristianos que voten a otro partido que pueda ofrecer un proyecto justo en cuanto a educación en valores, a otro partido que no se acompleje defendiendo la vida desde el primer segundo, en el claustro materno y de proteger y garantizar abiertamente la libertad religiosa de los cristianos. Así de sencillo y así de claro. Porque con el proyecto que nos presentan nuestros gobernantes y con su manera de actuar, no vamos a ninguna parte en cuanto a la regeneración moral de nuestra sociedad. “Es la hora de los valientes” dijo la Sra. Aguirrre y, si el Gobierno lo es, puede hacer mucho por la recuperación de los valores morales.

José Gea