Acabo de obtener mi título de Licenciatura en Ciencias Religiosas, especialidad Enseñanza Religiosa Escolar, con la defensa de la tesina titulada “La Iglesia católica en Internet”.

La Red es una revolución antigua, puesto que expresa los deseos ancestrales de comunicación y de relación. Si algo importante he descubierto en mi trabajo es la necesidad que tiene la Red de la presencia activa, denuncia profética, testimonio y espiritualidad de la Iglesia en ella. Desde el comienzo de la primera, tanto a nivel de intuición teórica hace cincuenta años como en un plano más práctico en los últimos veinticinco, se ha ido desvelando la Iglesia como un reclamo permanente a la correcta interpretación de la Red, autenticidad en su experiencia, verdad en sus comunicaciones, y equilibrio en su uso.

Más que dar respuestas, se trata de hacernos preguntas junto con otros y buscar juntos mejorar nuestro diálogo en caridad, la búsqueda de la verdad, la paz y la felicidad. En palabras del Papa Francisco, nuestra misión aquí es “dar testimonio con alegría y sencillez de lo que somos y creemos”.

Con una experiencia de más de veinte años en este medio, he podido descubrir en este espacio de experiencia digital todo un mundo de posibilidades, así como de riesgos. Todo puede servir para crecer y madurar, siempre que se respeten ciertos límites. Hay aplicaciones y plataformas que permiten mayor libertad y mejor expresión, así como hay otras que aún deben madurar para asegurar una navegación más tranquila y segura. Hay lugares donde se puede (y se debe) ser hoy una presencia original y otros donde no lo somos (o no podemos del todo) y debiéramos serlo, con mucha escucha, diálogo en paciencia y oración. También en la red global mundial hay aún espacios de falta de libertad religiosa, que son verdaderos agujeros negros de libertad de expresión en todos los sentidos. Hay tareas pendientes y se pide nuestro compromiso.

Estamos presentes, tenemos una misión y podemos proponer una experiencia distinta, creativa, original, liberadora, comunional, en este ambiente digital donde solo es quien comunica y solo comunica quien comparte.