El director de Radio María Italia, el padre Livio Fanzaga, ha realizado unas declaraciones que, cuanto menos, no pueden dejar indiferente a nadie. Según él, detrás de la epidemia “hay un proyecto destinado a debilitar a la Humanidad para ponerla de rodillas, para instaurar una dictadura sanitaria y cibernética mediante la eliminación de todos aquéllos que no digan sí a este proyecto criminal llevado a cabo por las élites mundiales, quizás con la complicidad de algún estado”.

             No seré yo el que afirme que el bicho éste del demonio lo ha tirado alguien a la calle deliberadamente, no tengo, desde luego, pruebas para hacer semejante afirmación de extrema gravedad… Ahora bien, cuando la policía trata de esclarecer un crimen, la primera pregunta que está obligada a hacerse, y de hecho se hace, es: “¿a quién beneficia?” (cui prodest?). Estamos ante la regla número 1 de la investigación.

             Así las cosas me pregunto yo: un bicho que…

             - Mata viejos.

            - Desaconseja las relaciones íntimas entre personas, y más notablemente, entre varones y mujeres, y más notablemente aún entre jóvenes, paralizando o ralentizando, en consecuencia, la natalidad.

            - Ha eliminado de raíz el tráfico aéreo.

            - Ha reducido a su mínima expresión el tráfico rodado.

            - Ha reducido el consumo, reduciendo la actividad de las grandes empresas.

            - Ha permitido prohibir o reducir drásticamente las reuniones en los templos.

            - Ha saturado los hospitales impidiendo tratar enfermedades que a pesar de ser mortales son menos urgentes que la que provoca el bicho.

            - Ha anestesiado a la opinión pública, dando carta blanca a los gobiernos para actuar con nocturnidad y alevosía, aprovechando, como es el caso muy notable en España, para aprobar ante la indiferencia general leyes restrictivas del derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos, leyes de eutanasia, leyes de silencio…

            - Ha dado alas a la inmigración ilegal.

             bicho tal …¿a quién beneficia? Cui prodest? ¿Alguien, confesada o inconfesadamente, lleva todas estas propuestas en el proyecto antropológico que propone a la Humanidad y, consecuentemente, puede “felicitarse” de la irrupción del bicho en el escenario político?

              Y con esta noticia me despido por hoy, no sin desearles como siempre, que hagan Vds. mucho bien y que no reciban menos.

  

            ©L.A.

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